La integración de Roberto Losada en Hong Kong va mucho más allá del deporte
19 dic 2013 . Actualizado a las 20:39 h.Pocas veces el destino de una persona está tan claramente establecido. Hay quien asegura que el apellido o sobrenombre de un individuo condiciona su existencia. Serán los defensores de esta hipótesis los que acudan al ejemplo del gallego Roberto Losada Rodríguez (Vigo, 1976). Apodado El Chino, después de haber jugado 113 partidos en Primera División con el Oviedo, el Mallorca y el Valladolid, decidió poner rumbo a Hong Kong cuando hace tres años vestía la elástica del Lugo. En su viaje en la excolonia inglesa le acompañó Dani Cancela. Ambos son un ejemplo de integración. Pero el Chino se ha empeñado en hacer honor a su apodo.
Al poco tiempo de poner un pie en Hong Kong, Losada se convirtió en ídolo de masas e imagen de marca de su club, el Kitchee, al que los gallegos introdujeron en la historia del fútbol chino por la puerta grande, tras ganar una Liga que la entidad llevaba esperando medio siglo.
«Chino» era la palabra más sonada en los cánticos de la afición y el lema más llamativo de las pancartas en la grada, como la que espetaba: «Chino is Superman». Su despedida como futbolista provocó avalanchas en los aledaños del Tseung Kwan O Sports Ground, en un partido ante el Arsenal organizado por la Premier League al que acudieron 40.000 personas. Tras colgar las botas, entró a formar parte del organigrama técnico, y además es entrenador de categorías inferiores y el director técnico de la escuela del club. Pero no ha perdido su magia para los hinchas del Kitchee.
«No tengo días libres», bromea. «Pero hago lo que me gusta y estoy contento. Vivo una etapa de aprendizaje», dice a sus 37 años. «Ver a estos niños madurar como personas y mejorar como futbolistas es algo muy agradable y de lo que me siento orgulloso al cabo del año. A nivel profesional en el primer equipo estoy aprendiendo muchas cosas para el futuro», resume.
El momento de plenitud es tal que Roberto Losada, con contrato hasta el 2016, no tiene en sus planes a corto plazo un regreso a Galicia. «La verdad es que estoy muy contento, pero nunca sabes lo que puede pasar. Habrá que estar atento a lo que pueda venir y estar preparado para ello», aventura con el mismo espíritu que le llevó a hacer once mil kilómetros para jugar al fútbol hace tres años.
«El objetivo que me planteé cuando me fui era disfrutar al máximo de una aventura futbolística dando lo mejor de mí, y al final se ha tornado en un estilo de vida diferente en el cual me siento identificado», describe.
Un ejemplo para los niños
«En este momento sí puedo decir que soy un ejemplo para los niños aquí en Hong Kong , todo el mundo me conoce y me aprecia y ven en mí un espejo en el que reflejarse para poder llegar a la Primera División de Hong Kong, y eso me alegra pues me ha costado mucho trabajo para que se me valore de esa manera. Me siento orgulloso», explica emocionado el exdelantero gallego, que ya se propone retos mayores: «De momento, irse a jugar a Europa esta difícil para los futbolistas locales, pero en un futuro no muy lejano es uno de los principales objetivos: dar a conocer el futbolista de Hong Kong».
Una vida intensa, pero sin freno
Para Losada, esta significa una nueva parada en su dilatada carrera profiesional. La penúltima había sido en Lugo ( aproximadamente 100.000 habitantes), que cambió por una megalópolis de siete millones de vecinos. Los efectos no se hicieron esperar. Su ritmo de vida se modificó por completo. Tuvo que apurar el paso. «Lo que más me sorprendió es el estilo de vida que llevan, viven con una intensidad que no deja que te relajes nunca, la ciudad esta viva 24 horas, lo que permite que puedas disponer de todo lo que necesites en cualquier momento», explica.
«La gente por lo general es muy amable, puesto que siendo una ciudad multicultural están acostumbrados a tratar con diferentes nacionalidades. Se levantan muy temprano se acuestan tarde y trabajan mucho y lo que provoca que no exista prácticamente paro», asegura.