El capitán del Breogán continúa con la recuperación de su lesión de rodilla
11 dic 2013 . Actualizado a las 11:53 h.Manu Gómez se encuentra en plena fase de recuperación de la lesión de rodilla que le obligó a pasar por el quirófano al iniciarse el mes de octubre. El capitán del Breogán se muerde las uñas en el banquillo viendo a sus compañeros que, no obstante, le están haciendo pasar buenos ratos. «En la mente de los jugadores está ilusionar a la afición. Que la gente crea en el equipo y disfrute», dice el pívot.
Eso sí, no poder competir, echar una mano sobre la cancha, en los entrenamientos, le hace «pasarlo mal». Por momentos, le sale un ramalazo de entrenador, y ve los partidos «de otra manera», sentado en una esquina del banquillo local en el Pazo. «Aprendes cosas. Te fijas en detalles que en condiciones normales, cuando estás vestido para jugar, no lo haces. En aspectos del juego», dice. Y eso también le permite echarle una mano al entrenador, a Lisardo Gómez: «Comentamos cosas, lo poquito que yo puedo ayudar, lo intento».
Y lo que ve, de momento, le gusta. «El equipo está bien. Los dos pinchazos en Navarra y La Rioja lo que demuestran es que no hay nada fácil. Y contra el Melilla, se recuperaron las señas de identidad, el hacer que el equipo rival no se sienta cómodo», expone.
Lo que le lleva a destacar «la regularidad» que ha mantenido el Breogán desde que comenzó la temporada: «Atrás están muy bien. Con cambios defensivos. Es cierto que arriba está faltando acierto de tres puntos, pero el equipo responde».
Y lo hace en su zona de acción, con el juego interior, Schaftenaar y Diouf. «Son dos referentes. Marcan diferencias, y los rivales también lo saben. Me están gustando», subraya.
Toca esperar
La próxima semana, Manu deberá pasar en Madrid una nueva revisión. Entonces, espera clarificar un poco más acerca de los plazos para regresar, que hasta el momento los médicos no le han marcado. Él, aguarda. «Esto va lento», dice, mientras bromea acerca de la paciencia: «Tengo poca, porque no me gusta estar quieto». «He empezado a correr en la piscina, y he dejado una muleta», dice. Mientras, constata el apoyo de los aficionados: «Me están dando muchas muestras de cariño».