Breda se rinde a Koke

iván antelo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El gallego es uno de los máximos goleadores de la liga holandesa de hockey

19 nov 2013 . Actualizado a las 12:20 h.

Una nueva rendición de Breda. Al igual que en 1625, España ha puesto a sus pies a esta localidad del sur de Holanda. Las crónicas de la época cuentan que Breda tuvo que izar la bandera blanca después de un asedio de 40.000 hombres al mando del aristócrata genovés Ambrosio de Spínola. Una batalla enmarcada en la guerra de los 80 años, que se hizo célebre por el cuadro que pintó Velázquez y que ahora se encuentra expuesto en el Museo del Prado.

Esta vez no hicieron falta tantas lanzas. Bastó con un stick. El de un gallego que se ha hecho amo y señor del hockey hierba holandés, una de las grandes competiciones de esta disciplina olímpica. Su nombre es Jorge Rodríguez Cameselle (A Coruña, 1985). El protagonista que reescribe la rendición de Breda, con igual sacrificio pero con menos sangre.

Koke lleva un año jugando en el Breda. Un equipo modesto, en el que es pieza clave. Esta es su segunda temporada allí, después de poner el hockey español a sus pies defendiendo al Club de Campo. Se despidió con los dos goles contra el Egara que dieron a su equipo la Copa. Fue su último servicio a la patria. El futuro tenía mejores planes para él. Tanto en el deporte como en el nuevo trabajo que comenzó a desarrollar en Holanda.

«Mi primer año ha sido muy positivo. Con mi equipo nos quedamos a dos puntos del play off. Fue una pena después de pasarnos todo el año arriba. Terminé la temporada muy contento ya que pude acabar entre los máximos goleadores y no me costó mucho adaptarme a la forma de jugar de aquí. En Holanda nadie especula con la bola, si se puede atacar, se ataca», destaca el herculino, que esta temporada ha comenzado con gran fuerza. Ha marcado seis goles en los tres últimos partidos, valiendo nueve puntos para su equipo.

Pero no todo en la vida de Koke es hockey. También mira por su futuro más allá del deporte. En Holanda también trabaja en una importante empresa. «En lo profesional las cosas también me han ido bien. He empezado a trabajar como comprador en una multinacional y está siendo una experiencia muy buena. Tengo la suerte de que tengo que viajar a mis mercados y es un trabajo muy dinámico en el que estoy aprendiendo mucho. Por suerte trabajamos en inglés, el holandés se me resiste un poco...», destaca, dejando aflorar siempre su sentido del humor.

Una vida intensa

Deporte y trabajo. El gallego demuestra que puede compaginarse. «Mi vida en Breda es tranquila. La ciudad es pequeña, pero tiene su encanto. Para mí, un día normal es levantarme a las siete y cuarto de la mañana para estar en la oficina sobre las ocho y cuarto. Normalmente salgo de trabajar sobre las seis de la tarde y tengo dos horas libres, ya que entrenamos de ocho a diez. En esas dos horas, depende del día, aprovecho para hacer cosas en casa, recados,... Ahora he empezado con clases de alemán dos días a la semana, por lo que cada día está más completo todo. A las once vuelvo a casa, ceno algo y a la cama. Aquí normalmente cenan antes de entrenar, sobre las seis, aunque para mí es más la hora de la merienda».

Koke es un nómada del deporte gallego. La falta de proyectos sólidos en la élite le llevó a emigrar, primero por España y luego por el mundo. Ha jugado durante un mes y medio el play off de la liga rusa con el Dinamo de Kazán, también la liga australiana con el Old Guilford Mundaring y ahora en el Breda de la liga holandesa. «He tenido la suerte de estar en los cinco continentes, algo que dudo que fuese posible sin el hockey. En algunos países días, en otros meses, pero todos me han aportado cosas que me han echo crecer como persona. Durante los años de universidad aprovechaba los meses de verano para ir a jugar alguna liga. Me iba con unas condiciones muy buenas, aprovechaba para aprender un idioma y viajar por países que no conocía. Eso sí, siempre que estas fuera echas de menos las cosas que más quieres. En mi caso, echo mucho de menos a mi novia, que vive en A Coruña».