Pasión por el seis doble

Jose Valencia FERROL / LA VOZ

DEPORTES

Ángel Manso

Jugando al dominó, Isidro Silveira, el presidente del Racing, se relaja más que en el diván de un psicólogo

31 oct 2013 . Actualizado a las 13:36 h.

El seis doble es una más entre las 28 piezas que tiene el dominó, un juego tradicional chino que se introdujo en Europa a través de Italia en el siglo XVIII. No tiene un valor especial, tan solo facilita el inicio de la partida y es la pieza más alta del juego. El dominó es el juego preferido de Isidro Silveira, el presidente del Racing de Ferrol y propietario de seis empresas con las que da trabajo a cerca de un millar de personas: «Puede parecer un entretenimiento trivial, aunque jugar al dominó me relaja de mis preocupaciones profesionales y también las que me provoca el mundo del fútbol», destaca.

Fue su propio padre quien le animó a iniciarse en este juego: «Recuerdo perfectamente que a mi padre le gustaba mucho la práctica del dominó, lo vi jugar muchas veces cuando era pequeño y fue algo que me quedó gravado. Un día hasta me recomendó que echara una partida, me comentó que era un juego que no te complicaba la vida, muy divertido y agradable. De ahí que me haya aficionado».

Sus empresas no le dejan demasiado tiempo libre aunque siempre que puede se acerca: «Me ayudó cuando tuve el cáncer, era una forma de distraer la cabeza y de ocupar el tiempo. Ahora que muchas de las competencias en las empresas las he delegado en mis hijos tengo más tiempo de ocio. Si ningún compromiso me lo impide, entre el lunes y el viernes le dedico unos noventa minutos cada día», explica.

Dos horas para relajarse

Asegura que ahora mismo esas casi dos horas son «el mejor momento de la jornada. Quizá sea difícil de explicar, aunque siento que me relaja. Discuto y riño por cada jugada sin parar y eso creo que es bueno. Sobre todo, cuando ganas, el vacile a los contrarios es impresionante».

Admite que ha visto más de una bronca aunque matiza que dentro de un límite: «Es que en este tipo de juegos si no hay broncas no hay emoción. Creo que este tipo de trifulcas forman parte de cada partida», señala.

No tiene una pareja fija, pero sí el mismo escenario, todos los días en el mismo café, el Nueva York, en la calle Real de Ferrol: «Nos ponemos cuatro jugadores en la mesa, los que coincida que están allí, levantamos una ficha y nos emparejamos los dos con la pieza de más puntos».

Al margen del dominó también probó en su momento con golf: «Durante algún tiempo jugué, pero me di cuenta de que no iba a estar en las grandes citas de Augusta o Saint Andrews y lo dejé».