Raña roza la proeza en Hawái

antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

EFE

Remonta desde el puesto 18 y acaba el Ironman más legendario cerca del podio

14 oct 2013 . Actualizado a las 23:31 h.

Era su primera experiencia en el evento más icónico en el mundo de la larga distancia: el IronMan (3,8 kilómetros a nado, 180 en bicicleta y 42,195 de carrera pedestre) de Hawái. E Iván Raña (Ordes, 1979) se destapó en la madrugada del domingo con una exhibición descomunal. Remontó desde el puesto 18 con el que concluyó el tramo sobre dos ruedas, donde se le atrangantó el final, para terminar sexto en su estreno en la isla de Kona. En un maratón brillante se deshizo, poco a poco, de especialistas en trayectos eternos como Timo Bracht, Faris Al-Sultan o el vasco Eneko Llanos. El podio se le escapó por tan solo cuatro minutos, que en una competición de estas características significan centésimas.

Raña arrancó la prueba siempre soldado a la cabeza. Con la ausencia en el último instante del americano Andy Potts, el hombre llamado a marcar el ritmo en el agua, el triatleta gallego se refugió en la estela de especialistas como Pete Jacobs, Fettel Clayton y Brandon Marsh. A su rebufo viajó por un Pacífico que a las 6.30 de la mañana, en un soleado amanecer, lucía domesticado, sin apenas oleaje ni rachas de viento que encrespasen su superficie. Llegó a la primera transición -mucho más amplias que las habituales de distancia olímpica- a pocos segundos de los líderes.

Entonces llegaron los momentos más delicados para quien había tocado el cielo en Cancún en el 2002. Los 180 kilómetros en solitario -no se puede seguir la rueda- sobre la bicicleta son terreno abonado para expertos en devorar asfalto. Rodadores que en cada pedalada le roban un pellizco al cronómetro. Tocaba defenderse, administrar energías para lanzar su ofensiva en el trecho a pie. Ya en el último cuarto del segmento, el australiano Luke McKenzie y el alemán Sebastian Kienle se embalaron. Y a Raña se le atragantó la marcheta. En solo 35 kilómetros perdió ocho minutos que, sumados a los 11 de desventaja que ya llevaba, lo dejaron a los pies del maraton décimo octavo.

Pero el gallego se bajó a correr con voracidad. La zona de boxes le bastó para adelantar cuatro lugares en la clasificación. En el horizonte, Eneko Llanos, Bevan Docherty (otro campeón en distancia olímpica que debutaba en legendario recorrido hawaiano) y después fue triturando progresivamente a todos los rivales que se encontraban en su camino. Solo el belga Aernouts, que venía también remontando, aunque por detrás de Raña, hacía mejores parciales que el de Ordes. Antes de pasar por la marca de los 21 kilómetros, el principiante se había instalado entre los diez de privilegio. Y no se detuvo. Prosiguió con su discurso efusivo que lo catapultó hasta el sexto lugar. Tras 8.23.43 horas, cruzó la meta a un palmo del podio. No culminó la hazaña, pero le sobró para enseñar los dientes.