Lendoiro desafía a Rajoy

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Leandro

La exigencia de que se le levanten los embargos al Deportivo reta al presidente del Gobierno, autor de la orden de cobrar los 700 millones de deuda del fútbol

11 nov 2012 . Actualizado a las 11:06 h.

El pasado martes Rajoy reveló que había dado instrucciones al ministro Montoro para cobrar los más de ciento diez mil millones de pesetas (setecientos millones de euros) que deben los clubes al Estado: «Los clubes de fútbol van a pagar sus deudas a Hacienda y a la Seguridad Social. El fútbol, los jugadores y todo el mundo tienen que pagar sus impuestos. Es una obligación de los ciudadanos, de todos, y es muy injusto que unos paguen y otros se quiten de en medio y no paguen», dijo.

Mariano Rajoy, abonado del Real Madrid, socio del Pontevedra, accionista del Celta e hincha del Dépor, se ha convertido en el primer presidente de la democracia que se ha visto obligado a poner el cascabel al escurridizo gato del balón. Y el balón comienza a rebotar contra las paredes de las sedes sociales desde las cuales los dirigentes se habían acostumbrado a hacerse los perezosos cuando de pagar las tasas se trata.

Lendoiro, uno de los líderes en eso de haber mirado hacia otro lado a la hora de los impuestos, ha compartido partido político con Rajoy. Ambos fueron presidentes de diputación, cada uno en la suya; y ambos son del Dépor, uno hincha (Mariano), otro presidente del uno por ciento (Lendoiro).

Sin embargo, sus convergencias han llegado a un punto de confrontación. Lendoiro ha sido embargado por Hacienda. El Deportivo se ha quedado sin ingresos y el dirigente se ha dado cuenta de que su gestión llega a un callejón sin salida. A la desesperada, ha comenzado su última cruzada. Clama contra Hacienda, dirige los cañones contra la Agencia Tributaria en Galicia e incluso lo hace con acritud, con mucha acritud, contra quien la dirige. No dice nada de Madrid, no menciona al ministro, no habla del presidente del Gobierno, no verbaliza el nombre de quien ha dado la orden de acabar con un estilo de gestión que ha sido el suyo. Lendoiro, a quien reta es a Rajoy. Lo hace mediante persona interpuesta, pero a quien le echa el pulso es al presidente del Gobierno de España, que es quien, personalmente, ha dado la orden de cobrar.

Y ahí anda Rajoy, aplastado por el mayor ciclo de destrucción de empleo que se conoce, devorado por los desahucios que acaban en suicidio, ocupado con la margarita del rescate, recortando a los funcionarios e imponiendo el copago sanitario, incluso a los pensionistas y aumentando los impuestos. Al presidente, que le ha tocado aplicar los mayores recortes de la democracia, incluida una reforma laboral cruel, le queda cada vez menos tiempo para ver fútbol y pocas coartadas para permitir a los clubes que paguen a su antojo. Menos aún siendo ya deudor de sus palabras y con Europa pidiendo que acabe con la bula del fútbol.

Mientras, en Galicia, Lendoiro, ajeno a los dramas humanos que enmarañan la cabeza de Rajoy, le exige que le levante los embargos para seguir él al frente del Dépor. Y mientras se echa al monte, el Deportivo es el que puede pagar las consecuencias de su egoísmo. Aquí está en juego la supervivencia del Deportivo, pero Lendoiro lucha por la suya. Quizá por eso no pide concurso de acreedores.