El nuevo Pasarón revivió sus momentos más gloriosos animando a España
08 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Pasarón reverdeció ayer sus tiempos más gloriosos en una noche que quedará para siempre en el recuerdo. La selección española estrenó en territorio nacional su recién conquistada triple corona, tras la consecución hace poco más de dos meses en Kiev de su segunda Eurocopa. Fue con un partido que sirvió para inaugurar oficialmente el nuevo estadio pontevedrés, y la afición respondió con creces abarrotando las gradas para jalear a los campeones.
Los de Vicente del Bosque notaron el calor del público desde mucho antes del pitido inicial. Desde el calentamiento, la afición se volcó con un equipo que volvió a demostrar su disposición para deleitar a sus seguidores. No solo con una victoria, sino también con un juego que ha despertado la admiración de medio mundo.
En cuanto el balón comenzó a rodar, Pasarón estalló al unísono celebrando el inicio del partido más esperado. Los gritos de ánimo a España dieron paso a algunos instantes de sobrecogedor silencio, en los que la afición parecía frotarse los ojos, todavía incrédula de lo que estaba viviendo.
El primer gol de la noche, obra de Cazorla, despertó definitivamente a la grada. La afición se metió de lleno en el partido y, casi sin tiempo para asimilarlo, Pedro anotó el segundo provocando el delirio. La fiesta se desató animando al canario, y poco antes del descanso, incluso se escucharon algunos fragmentos de la ya universal Rianxeira.
Tras la reanudación, Del Bosque premió a la afición con un carrusel de cambios que sirvió para que la grada homenajease a los jugadores más queridos. La reaparición de Villa con la selección, que entró sustituyendo al desde ayer centenario Torres, fue celebrada con una cerrada ovación. Poco después, Iniesta saltó al césped elevando todavía más un nivel de decibelios que llegaría a su punto más álgido cuando Íker Casillas dio el relevo a Víctor Valdés.
De ahí al final, los aficionados siguieron jaleando cada pase, cada regate y, como no, cada gol de una selección que regaló al estadio un 5 a 0 que quedará para siempre en la historia del nuevo Pasarón. El pitido final levantó la última ovación de la noche para un equipo de leyenda que ayer estrenó el remodelado estadio pontevedrés. El mismo en el que el Pontevedra escribió hace más de 40 años las mejores páginas de su historia con la generación del Hai que Roelo, y en el que ahora aspira a recobrar su ilusión.