La pregunta del millón es saber quién va a ganar el derbi. Una cuestión nacida por la ansiedad que, en ocasiones como esta, es permanente y se repite estos días háblese o no de fútbol. Ya más en serio, si es posible hablar de lo que vaya a suceder en un partido de fútbol, resulta obligado admitir que, aunque el pronóstico está en el aire, el factor campo lo inclina del lado del Celta. Negarlo es ir en contra de una notable corriente celeste que intenta ver a su Celta seguir navegando hacia el puerto en donde espera una de las dos plazas con ascenso automático a Primera. Una parece estar hace tiempo en poder del Deportivo, equipo al que nadie niega sus méritos para marchar de líder en este campeonato. Hay una tercera plaza, mediante el play off, cuya conquista suele resultar dramática, dados los aspirantes a conseguirla. Entre ellos está el Valladolid de Djukic, quien ya se decantó por un triunfo coruñés porque favorecería a su equipo.
«¿Quién ganará mañana?», es la pregunta sin respuesta cuando se habla de fútbol. Basta recordar lo de Lotina, ganando a un Málaga que llegó a Villarreal más que convencido de su triunfo para colocarse detrás del Madrid y Barcelona. Faltaban 10 segundos, de los cuatro minutos añadidos, cuando cayó del cielo el decisivo gol que permite al Villarreal escapar momentáneamente de la quema. Preguntando ¿quién ganará mañana en Balaídos?, cerramos hoy el comentario.