La NBA, bajo «el efecto Rubio»

DEPORTES

El impacto mediático del base catalán rebasa a su gran rendimiento en sus 13 primeros partidos.

17 ene 2012 . Actualizado a las 22:57 h.

La página web oficial de la NBA ofrecía, pocas horas después de que terminase el Minnesota 99-Sacramento 86, los vídeos de resumen del encuentro y algunas de las mejores jugadas. Una de ellas resaltaba sobre las demás: lleva el epígrafe «El efecto Rubio». La jugada tenía el siguiente desarrollo: Luke Ridnour lleva un contraataque y hace un pase sin mirar a Anthony Tolliver, que a su vez asiste a Kevin Love para anotar una bandeja fácil. Efectivamente, Ricky no interviene en la secuencia, pero eso no priva al narrador de la televisión estadounidense de afirmar rotundo que el hecho de que Ridnour diese ese pase espectacular responde, sin duda alguna, a la influencia del base de El Masnou.

Tal punto alcanza el impacto mediático de Ricky Rubio después de sus 13 primeros encuentros en la NBA, donde su rendimiento no flaquea en la comparación con su exposición en webs, televisiones y demás publicaciones relacionadas con el baloncesto. Las dudas que había a su alrededor por su adaptación al baloncesto estadounidense, sobre todo después de su último año con el Barcelona y la selección española, han sido adelantadas por la derecha por sus promedios de casi 11 puntos y más de 8 asistencias. Además, las lesiones de Barea y de Michael Beasley han forzado a su técnico, Rick Adelman, a adelantar lo inevitable: que sea titular.

Su rendimiento ha borrado las sopechas y ha alimentado el hype alrededor de Ricky. La cadena de deportes ESPN suele situarlo en portada sin rubor y a la menor ocasión. Su nombre suena en todos los foros como candidato a novato del año, en dura pugna con el base de Cleveland Cavaliers Kyle Irving. A Rubio le viene todo de cara, empezando por su juego: disfruta con los contraataques, tiene más espacio para crear y se ha soltado en el tiro. Promedia más de un 40% en triples, el punto más débil de su juego en Europa. Manda a sus compañeros y discute con los árbitros como si de un veterano de la NBA se tratase. Y ha pasado de seducir con su juego ofensivo para comenzar a destacar por su defensa, con al menos dos robos por partido y más que decentes exhibiciones ante portentos físicos como Derrick Rose o Tyreke Evans.

Hasta el punto que el entrenador de New Orleans Hornets, Monty Williams, apunta que «defiende mejor que la mayoría de los bases, por supuesto que Nash, y cuando eche cuerpo podrá defender a escoltas e incluso aleros». Sus números, mientras cosecha elogios de entrenadores y jugadores, esconden también algún récord. Sus 108 asistencias en 13 partidos es la sexta mejor marca de la historia para un jugador debutante en la NBA.

Con este cartel, no sería nada extraño que Rubio tuviese un papel preponderante en el próximo All Star en Orlando. Será seguramente titular en el partido entre novatos y jugadores de segundo año, y su creciente fama y atractivo para el público estadounidense le convierte en un más que posible participante en el concurso de habilidades, donde otros años brillaron nombres como Chris Paul y Rose.