La complicada relación del Deportivo con el mercado de invierno

M. P. R. / Redacción digital

DEPORTES

La actuación del equipo coruñés en la ventana de traspasos de enero deja más oscuros que claros.

28 dic 2011 . Actualizado a las 17:34 h.

Hay pocas cosas que ilusionen más a los aficionados de un club que los fichajes. El mercado de invierno añade doble emoción a esta expectativa, al abrir una ventana a mitad de curso para añadir nuevos cromos a la colección. El Deportivo de La Coruña ha tenido una relación cuanto menos complicada con los meses de diciembre y enero, según el balance de los últimos 16 años, el período que lleva abierto el mercado de invierno.

Ahora, existe la duda de si el Dépor afrontará la aventura de fichar un delantero para apuntalar la plantilla. Las recurrentes lesiones de Riki, la incógnita de Xisco y la más que probable marcha de Lassad a la Copa de África dejan un puesto tan sensible como el del goleador en una situación precaria. No más, sin embargo, que el del lateral zurdo, donde Ayoze vive bajo la presión de la continua crítica y sin sustituto claro en la plantilla. Un club con serias aspiraciones como las del Dépor bien podría buscar dar un par de puntadas a esos puestos, pero la situación económica de la entidad coruñesa y las últimas experiencias con el mercado de invierno hacen dudar.

El año pasado, el Dépor quiso dar un impulso al equipo de Lotina ya en dificultades, y llegaron Xisco, Sand y Javito. El balear fue el que más aportó, se ganó el favor de la grada y peleó por quedarse tras el descenso. El argentino no respondió a las expectativas y apenas disfrutó de oportunidades, mientras que Javito no pudo ni vestirse de corto, perdido en papeleo. Dos años antes, en el 2008, el Dépor sufrió una revitalización con la llegada del sueco Wilhelmsson, posiblemente el mejor fichaje invernal. El club coruñés se ha dedicado más a ceder y traspasar jugadores en los meses de diciembre y enero que a contratar nuevas caras, al menos en losúltimos años. Sacó escaso rendimiento de nombres como Gallardao y Arizmendi (2006), y aprovechó para darle ficha a lesionados de larga duración (Pablo Álvarez, Manuel Pablo) o descartes del inicio de temporada (José Ramón, Barragán, Bassir)

Además de Wilhelmsson, hubo otros buenos fichajes en el mercado de invierno. Llegó Coloccini al final del 2005. En la primera remesa de contrataciones de diciembre, apareció Flavio Conceiçao, que luego reportó un generoso traspaso. Helder, también del 96, ofreció un buen rendimiento cuando no estuvo lesionado. Y Scaloni llegó en el mismo pack que Manteca Martínez y Abreu, quienes simbolizan para muchos los peores riesgos del mercado invernal. También Renaldo llegó por esa vía.