Alberto Contador se mostró satisfecho por la etapa de ayer, en la que apenas cedió tiempo con el resto de los favoritos para la victoria final, pese a que reconoció que no tuvo buenas sensaciones. «No se puede decir que haya estado bien, porque estar bien es ganar. No me gusta esta forma de correr, es muy diferente a la mía, pero las cosas son como son y por unas cosas u otras no corro como me gusta», aseguró al término de la etapa, en Plateau de Beille.
«No he tenido mal día, me he visto mejor y espero que día a día vaya mejorando y que en los Alpes esté totalmente recuperado y pueda empezar a recuperar tiempo», agregó. «Las sensaciones no han sido buenas, pero no he tenido muchas dificultades y eso me anima para las próximas etapas», comentó.
Contador destacó que le siguen pasando factura las caídas de los primeros días, además de que insistió en que «el calendario no ha sido el más idóneo para afrontar con garantías una carrera como el Tour», indicó.
El madrileño se mostró escéptico con respecto a la táctica de los hermanos Schleck, que no han aprovechado la montaña para distanciar al australiano Cadel Evans. «Así tendrán más difícil la victoria», dijo Contador.
También destacó al francés Thomas Voeckler, que ha aguantado el liderato. «Sabemos que es un ciclista que se agarra, pero el día que reviente perderá mucho tiempo. Si revienta», afirmó.
Para Andy Schleck, la subida a Plateau de Beille demostró que Cadel Evans e Ivan Basso «están en plena forma y son los dos rivales a batir». El luxemburgués aseguró que era difícil atacar, porque «no era una gran pendiente» y que para sus características necesita «puertos más selectivos. Era menos duro que en Luz Ardiden y, además, era más difícil por el viento», afirmó el líder del equipo Leopard.
«No se puede decir que haya estado bien, porque estar bien es ganar»
«Evans y Basso son los dos rivales a batir»