El mejor semestre desde 1969

Paulo Alonso Lois
paulo alonso REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Solo Laver, cuando abrió su segundo Grand Slam, mejora el inicio de Djokovic

04 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

No hay un semestre tan asombroso como el protagonizado por Novak Djokovic desde que Rod Laver inició su segundo año triunfal en 1969, camino de completar su segundo Grand Slam genuino en un mismo año. El rumbo del serbio en este 2011 ya forma parte de la historia del tenis. Abrió el año en Melbourne con su segundo Open de Australia, ganó los cuatro Masters 1.000 que jugó en Indian Wells, Miami, Madrid y Roma, y por ahora cierra su periplo en Wimbledon rompiendo otro techo, pues nunca había jugado ni la final en Londres. Tuvo tiempo para recrearse en torneos no obligatorios, como el muy bien pagado de Dubái y el que él mismo organiza en Belgrado, que también ganó. Una única mancha, la derrota en la semifinal de Roland Garros ante un Federer inabordable, le aparta de la perfección. Además, se perdió la cita de Montecarlo por lesión.

El Laver de 1969 supera su primera mitad de año. El australiano, uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos, encadenó entonces de enero a junio los títulos en el Abierto de Australia, Filadelfia, Orlando, Los Ángeles, Johannesburgo, Anaheim, Nueva York, Wembley, Roland Garros y Wimbledon. Eran otros tiempos, los jugadores encadenaban torneo tras torneo. El australiano celebró 18 títulos aquel año, ya en la era open, en la que los grandes se abrieron a los jugadores profesionales.

El Jimmy Connors de la primera mitad de 1974 también resultó estelar. Ganó Australia y Wimbledon, y también otros ocho torneos entre Estados Unidos y el Reino Unido, pero se dejó varias derrotas ante Karl Meiler, Vijay Amritraj y Stan Smith, y ni siquiera jugó Roland Garros. Luego llegó Borg, en una época en la que el Open de Australia se jugaba al final de año y él ni acudía. Hizo doblete en Roland Garros y Wimbledon en 1978, 1979 y 1980. En los dos primeros años se dejó muchas derrotas por el camino, y en el último sí rayó a un nivel enorme, comparable al actual del serbio. También el Wilander de 1988 asombró con los títulos de Australia y Roland Garros, pero con cierta irregularidad luego. Desde 1990, la creación de los Masters 1.000 jerarquiza la importancia de los títulos en el circuito ATP. Nadie iguala lo conseguido por Djokovic.