«De mentiras está el mundo lleno», frase muy oída en los idiomas del país en donde uno se encuentra. También en España, faltaría más, pero si entramos en el mundo del fútbol el récord de mentiras supera al de la política. Esta época del año es propicia para escuchar promesas e historias increíbles. En el capítulo de promesas, menos creíbles todavía que las de los políticos, quienes tienen el viento en contra porque los ciudadanos viven escaldados por tanto como se les promete y lo poco que llegan a verlo.
En el fútbol, las promesas encuentran un terreno más abonado para que florezcan las flores dada la ingenuidad de los aficionados, quienes, en una gran parte, muestran una mentalidad infantil a la hora de escuchar mensajes increíbles que aceptan como ciertos, porque se les envían desde el club de sus amores.
Por poner un ejemplo, Francisco Pernía, presidente del Santander (me refiero al equipo de fútbol y no al conocido banco), refiriéndose a la inesperada marcha de su entrenador, Marcelino, al Sevilla y alardeando de una fría serenidad para resolver la situación declaró a la prensa que en los últimos días se le ofrecieron ¡42 entrenadores! La cifra, por abultada, parece increíble, ahora bien, si él lo dice, no lo desmentimos, pero sí que en el fondo lo que queda claro es que el presidente del Santander quiere demostrar una serenidad extraordinaria. Total, para elegir entre 2, 3 y quizá no más. Por cierto, entre ellos está Lotina.