David Cal, a dos décimas del podio

Carmen Menéndez

DEPORTES

El palista gallego fue cuarto en la final de C-1 de 1.000 metros, mientras José Luis Bouza logró la plata en los 5.000.

21 ago 2010 . Actualizado a las 22:15 h.

El cuádruple medallista olímpico David Cal no ha podido alcanzar hoy el podio en la final de C-1 de 1.000 metros de los Mundiales de piragüismo, en la que ha sido cuarto, mientras que el C-4 ocupó la novena plaza, por lo que España aún no ha estrenado el medallero en la cita mundialista que concluirá mañana en la ciudad polaca de Poznan.

Mientras, el también gallego José Luis Bouza se proclamó subcampeón del mundo de piragüismo en C-1 sobre 5.000 metros, inaugurando así el medallero de España en el Mundial 2010.

Bouza, el palista del Kayak Tudense, que ya irrumpió con éxito en la nueva distancia de 5.000 con un tercer puesto en el reciente Europeo, ha realizado una regata sin titubeos. Ha estado en el grupo de cabeza desde la salida para acabar entrando segundo presionando al alemán Ronald Verch, que fue primero, con el eslovaco Marian Ostrcil, tercero.

La selección española, que aspira a repetir las cuatro medallas obtenidas en el Mundial 2009, mantiene importantes opciones en las finales de 200, 500 y el relevo, entre ellas las lideradas por los campeones olímpicos Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial en K-2 200, el K-4 500 femenino y el relevo.

El pontevedrés David Cal se ha quedado a las puertas de un podio que coparon el uzbeco Vadim Menkov, el húngaro Attila Vadja y el alemán Sebastian Brendel. El cuádruple medallista olímpico español, que ha ocupado puesto de medalla durante una parte del recorrido, rondó la gloria hasta el último metro en una final muy disputada por el potencial de sus protagonistas.

Menkov, ausente en el pasado Europeo en Trasona, ha revalidado hoy el título mundial logrado el pasado año en Canadá, donde Cal fue séptimo. El uzbeco apostó por una estrategia ambiciosa desde la salida, una propuesta que en alguna cita internacional acabó pagando muy cara. Sin embargo, en esta ocasión su resistencia le ha permitido sumar su segundo mundial consecutivo.

Si Menkov ha liderado la regata desde el inicio, con el triple medallista ruso Maxim Opalev sorprendentemente descolgado desde los primeros metros, la carrera entró en su máxima tensión en el último 500, y de manera especial en los 200 metros finales, cuando un grupo de tres palistas -Cal, Brendel y Vajda- se sumaron a la encarnizada lucha por el podio.

La raza competitiva del gallego empezó a medirle con sus acompañantes en ese grupo de favoritos, en el que el campeón olímpico de la distancia, el húngaro Attila Vajda, y el campeón europeo y subcampeón mundial, Sebastian Brendel, se presentaban como incómodos compañeros para jugarse un Mundial en el que el español tuvo que conformarse con el cuarto puesto en una llegada muy ajustada, a dos décimas.

Más gallegos

El C-4, integrado por Tono Campos, Yeray Picallo, Damián Ramos y José Manuel, acabó último en la final en las que la tripulación española, con todos sus integrantes gallegos, fue la primera de las nueve finalistas en colocarse en la línea de salida.

Después de haber entrado en final directa por la retirada de países inscritos, los españoles -una novedosa C-4 que ha llegado al Mundial con pocos entrenamientos en común- aguantaron en el primer tramo de la carrera para acabar entrando últimos en meta en un intento por no hacerlo demasiado descolgados.

En finales B, con la sorprendente inclusión de algunas figuras internacionales -medallistas olímpicos, mundiales y europeos- a las que el temporal y el oleaje existente durante la disputa de las semifinales despojaron de su escenario habitual, las cuatro embarcaciones españolas lograron dos segundos puestos y otros dos quintos.

Uno de los damnificados del oleaje, el K-2 de los hasta hoy vigentes campeones del mundo el zamorano Emilio Merchán y el palentino Diego Cosgaya, fue segundo en un mano a mano con los belgas Cauwenbergh y Maesen, que entrena el técnico asturiano Carlos Prendes, ganadores del duelo.

El asturiano Javier Hernanz también marcó el segundo mejor tiempo en la final B de K-1 por detrás del canadiense Adam Van Koeverden, otra de las estrellas piragüísticas relegadas, que si bien buscará resarcirse mañana en la final de K-1 500, en esta ocasión ha tenido que conformarse con la victoria de la 'consolación'.

Hernanz, al que un proceso gripal ha tenido derrotado desde su llegada a Polonia, realizó toda la regata controlando su segundo puesto, manteniéndose inalcanzable para sus perseguidores y dando la imagen de respeto jerárquico tras la estela del carismático Adam Van Koeverden, subcampeón olímpico en Pekín y bronce en el pasado Mundial.

El K-1 de la gallega Ana Varela y el K-4 del asturiano Emilio Llamedo y los gallegos Rodrigo Germade, Borja Prieto y Diego Piña clausuran su participación con sendos quintos puestos, si bien el K-4 podrá vanagloriarse de haberlo hecho en una regata en la que el primer puesto lo ha ocupado Eslovaquia, vigente subcampeona olímpica y europea y bronce en el Mundial 2009.

Al margen de la participación española, las finales de 1.000 metros han obsequiado a los varios centenares de seguidores presentes en las gradas del lago Malta apasionantes duelos como el que han mantenido el campeón olímpico inglés Tim Brabants y el alemán Max Hoff, con dominio del británico durante casi todo el recorrido hasta que a menos de 50 metros le rebasó el germano.

Las devastadoras secuelas del oleaje han propiciado inesperadas clasificaciones e insólitos podios, ocupados por sorprendidos medallistas, y con ausencias inimaginables, como ha ocurrido en el del K-4, sin eslovacos y alemanes, plata y bronce en Pekín, respectivamente.

«Ni el anterior presidente de la Federación Internacional de Canoa, Ulrich Feldhoff, ni yo recordamos una final mundialista sin un K-4 húngaro o alemán», ha reconocido el máximo responsable de la FIC, el español José Perurena.