No necesita justificaciones

Ezequiel Mosquera

DEPORTES

20 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No sé si Alberto Contador fue consciente del problema de Andy Schleck cuando lanzó su ataque. Es difícil no ver una avería en esa situación. Pero, en cualquier caso, no necesita justificación. Tanto si lo vio como si no. No pasa nada por haber atacado. Ya hemos tenido paradas y esperas en esta edición del Tour que han desembocado en polémicas. Si el madrileño hubiera optado por esperar a su rival, también estaríamos cuestionando esta decisión.

Al sufrir una avería muchas veces el problema es el nerviosismo. Entre el susto de lo inesperado y la presión es difícil resolver la papeleta, como sucedió ayer con Schleck. Hay corredores que son muy habilidosos cuando se les sale la cadena y solucionan rápidamente la situación. Pero a veces somos patosos, porque estamos acostumbrados a que los mecánicos hagan todo.

Hay que admitir que al menor de los Schleck la avería le llegó en el peor momento de la etapa. A unos dos kilómetros para coronar la última ascensión, cuando los aspirantes a la general afrontaban las rampas más duras. A mí en ese instante me dio pena. Pero después pensé en Spa, cuando a él le perdonaron la vida...

Andy Schleck, a pesar de todo, demostró que está bien. Se le vio muy fuerte cuando empezó a recuperar posiciones después de su problema mecánico. El hecho de que Contador sea el nuevo líder de la carrera no cambia nada. Esos segundos cedidos ayer por el luxemburgués no serán determinantes. Quedan etapas de montaña más decisivas que esta y una crono muy larga. Creo que si Contador gana el Tour será por más de treinta segundos. Y si Schleck es el más fuerte aún tiene terreno para demostrarlo. Ahora hay más igualdad en la clasificación y, supuestamente, eso nos dará más espectáculo. En lo que queda de montaña los dos favoritos tienen que atacarse, pero no como lo han hecho hasta ahora. El arranque de Schleck antes de la avería era duro, y deberá repetirlo hasta que Contador ceda o él reviente. Hay kilómetros para que se le vea el plumero a uno u otro.