Pellegrini, de final en final

DEPORTES

La derrota en Gerland sirve para que el entorno blanco ataque al técnico chileno, reiteradamente cuestionado

18 feb 2010 . Actualizado a las 03:20 h.

El Bernabéu no tendrá que esperar a mayo para acoger una final de la Champions. Ya se ha encargado Pellegrini de adelantar la fecha al 10 de marzo, cuando el Real Madrid dispute la vuelta de octavos ante el Lyon y el técnico vuelva a jugarse el puesto, como tras la debacle copera ante el Alcorcón y el titubeante arranque liguero.

El ingeniero chileno construyó ante los galos un equipo temeroso, que solo ejerció de favorito durante la última media hora y que se dejó avasallar el resto del encuentro. En realidad, apenas introdujo un cambio respecto al once que goleó al Xerez y otro (más el obligado de Cristiano, entonces sancionado) frente al que pasó por encima del Espanyol. Un relevo al que el entorno mediático del club blanco apunta como culpable de la derrota en Gerland. «La décima en riesgo por un planteamiento surrealista: doble pivote y Diarra titular», lucía ayer Marca en su portada. As señalaba al de Mali como el peor del partido.

Llegó como plan B

Otros, como Marcelo, al que Govou ridiculizó, o Granero, que huyó del balón, salvaron su crédito a costa del de un entrenador mal recibido (llegó porque falló Wenger) y que solo ha encontrado respaldo con el viento de cara. Pellegrini vive cuestionado y ni siquiera cuenta ahora con el apoyo de su principal valedor, después de la polémica abierta en Riazor acerca del papel de la cantera.

Valdano, que pone siempre en su boca las críticas de un Florentino que prefiere permanecer al margen desde el desastre de Alcorcón, pluralizó en Lyon: «Nos llevamos una mala impresión del equipo». En A Coruña los blancos ganaron y convencieron, pero el director deportivo encontró otro motivo para la bronca: «El entrenador no confiaba en el efecto de los posibles cambios. No conoce lo suficiente a los canteranos. Son chicos que han trabajado poco con el primer equipo, pero nos podían haber dado auxilio». La grieta entre el argentino y el chileno se agigantó con la respuesta de este último: «La cantera no es mi trabajo». Lo cierto es que el técnico del primer equipo no pisa el Alfredo di Stéfano para seguir en el campo los encuentros del filial.

En un intento de limar asperezas, Pellegrini convocó a ocho canteranos para entrenar con los mayores. Eso, la racha de cuatro victorias ligueras consecutivas, y, principalmente, la derrota del Barça en el Calderón, habían dado algo de cuerda al míster, que volvió a tensarla en Lyon.

Peligra el gran objetivo

De la crisis de Alcorcón se salió con el buen partido del Camp Nou, tras el que Valdano reconoció que Pellegrini había «cumplido con lo que se le exige al entrenador del Real Madrid». La derrota ante el líder sirvió para consolidar un once tipo, del que solo se ha caído Pepe por lesión, y en el que los pequeños retoques (en forma de apariciones de Guti o Van der Vaart) no habían generado reproches hasta que el conjunto de Claude Puel encontró la clave para desarmar el entramado merengue. Ahora peligra el gran objetivo del segundo proyecto Florentino: levantar la Copa de Europa, el 22 de mayo en el Bernabéu, y Pellegrini vuelve al disparadero.

Los jugadores se han apresurado a recordar que la distancia es corta y darle la vuelta al 1-0 de Gerland es una tarea asequible. Arbeloa fue el último en resumir ayer el sentir de la plantilla: «Hicimos uno de los partidos más flojos de la temporada y ellos quizá el mejor, pero hay que ser positivos. Quedan 90 minutos en casa para lavar la imagen y demostrar que la derrota tiene solución».

Lo que quizá no la tenga es la desconexión entre el técnico y la directiva, salvo que Pellegrini entre en racha y vaya ganando final tras final.