Samuel Eto'o es el delantero más eficaz de Europa. Cuestión de matemáticas. Después de anotar cuatro goles en el partido del sábado ante el Valladolid suma trece tantos en diez partidos de Liga. El camerunés está a punto de alcanzar el primer tercio de la Liga con un promedio de 1,3 goles por partido, lo que supone un gol cada 58,5 minutos. En la temporada 2005-2006, cuando acabó al frente de la tabla de goleadores, firmo 26 dianas en 34 encuentros. El africano se ha convertido en la pólvora de la explosión ofensiva del Barça, que acumula 34 goles en diez jornadas (3,4 por choque) y que se sitúa como el conjunto más goleador a estas alturas de competición en las últimos cincuenta años.
Sin rival
Ningún otro delantero ensombrece los números de Eto'o en competiciones europeas. Solo Mounir El Hamdaoui, punta holandés de origen marroquí del Az Alkmaar presenta unas cifras similares, con trece goles en diez partidos de Liga, después de la victoria de su equipo ante el Twente (3-0). Su conjunto -dirigido por Louis van Gaal- no disputa en cambio competición europea y Eto'o ha anotado ya tres tantos en la Liga de Campeones en la presente temporada.
A pesar de todo, el delantero azulgrana asegura que espera mejorar su rendimiento. «Creo que mi mejor momento todavía está por llegar», explicó Eto'o tras anotar sus cuatro goles ante el Valladolid. Sus compañeros no piensan en el futuro, les basta con disfrutar el presente del camerunés y no ahorran elogios. «Lo de Eto'o no tiene calificativos», aseguró Alves. «Para mí es, sin duda, el mejor delantero del mundo», agregó. «El pasado verano se hizo un esfuerzo para que Samuel siguiese aquí, en el Barça, sabiendo que nos daría muchos goles, y se están viendo las consecuencias. Es un jugador solidario, trabaja y presiona como el que más en el terreno de juego. Le queríamos aquí y la verdad es que ahora estamos encantados de tenerlo», sostuvo Xavi.
Camino del Pichichi
Con 13 goles en diez partidos, Eto'o iguala el camino hacia el Pichichi de Salva (Racing de Santander, 1999-2000), Quini (Sporting de Gijón, 1979-1980) y Vilanova (Hércules, 1939-1940), que también sumaban trece goles a estas alturas del torneo. Salva y Quini acabaron como máximos goleadores entonces, con 27 y 24 goles respectivamente.