Era necesario que los celestes creyesen en sí mismos. Casos de equipos que le han dado la vuelta a un marcador adverso jugando en inferioridad numérica se pueden encontrar a patadas. El propia Celta había conseguido salvar un punto ante el Nàstic en esa situación.
Y ayer se repitió la historia, aunque hubo que esperar hasta los minutos finales. Los celestes salieron con más garra y agresividad y no tardaron en generar las primeras ocasiones ante la portería rival. El encargado de romper la dinámica del partido fue Quincy, que ya en la primera parte había tenido un par de buenas arrancadas. El holandés está creciendo cada jornada que pasa y a los pocos minutos de la segunda parte protagonizó una jugada que si la hacen Guti o Ronaldinho se hartarían de repetirla durante toda la semana en todos los canales de televisión españoles y extranjeros. Se marchó de tres rivales en el medio campo he hizo un esprint con el balón pegado al pie hasta el área donde se encontró con el guardameta. El portero atrapó poco después y disparo de Canobbio.