La Vuelta que se rindió al intocable Menchov y que descubrió a Mosquera

DEPORTES

24 sep 2007 . Actualizado a las 02:29 h.

La Vuelta 2007 ha tenido un amo y señor. Denis Menchov. El ruso ha sido un líder incontestable. Sin fisuras. Ni Carlos Sastre ni Samuel Sánchez lograron inquietar a un patrón que ni siquiera ha necesitado gregarios para defenderse. El legado gallego de esta edición es Ezequiel Mosquera. La revelación. Curiosamente, el día en el que Óscar Pereiro abandonaba la prueba debido a un virus, Mosquera se reafirmaba entre los mejores. El corredor de Teo llegó a las cumbres con los grandes y acabó quinto en la general. Fue el tercer mejor español y el líder de un gran Karpin Galicia.

Menchov partía como gran favorito. Y el recorrido jugó a su favor. Tras el primer test de los Lagos, llegó la contrarreloj de Zaragoza. Larga. Monolítica. Sin público. Un erial para los no especialistas. La etapa vistió a Devolder de oro de forma circunstancial, pero abrió una brecha insalvable entre Menchov y el resto de favoritos que ya nunca se cerró. Fue una sentencia prematura de la carrera. Posiblemente, dada la fortaleza del ruso, el orden y la naturaleza de los factores del recorrido no hubieran alterado el producto final, la victoria del líder del Rabobank, pero la emoción y el nudo de la historia hubieran sido distintos.

Sastre y Samuel Sánchez fueron los encargados de prender la traca final de la Vuelta. Ellos pusieron el picante en el festín de Menchov. La merecida recompensa para ambos fue el podio. El CSC y el Euskaltel se empeñaron en minar la general en la última semana de competición. Resistió el pétreo Menchov, pero cayeron Evans y Efimkin. El ruso del Caisse d'Epargne asumió el papel de jefe de filas improvisado de su equipo tras el adiós de Pereiro. Eusebio Unzué intentó jugar sus cartas en la etapa de Ávila, enviando a sus huestes por delante del pelotón. Pero falló el joven líder, Efimkin. A la formación de Pereiro le queda el consuelo de haber logrado el triunfo por equipos.

Cadel Evans ha vivido un amargo final tanto en el Tour como en la Vuelta. Se quedó a segundos del maillot amarillo en Francia y se cayó del podio en la última crono de la ronda española. Quizás las dos circunstancias le sirvan para reflexionar sobre sus cuestionados planteamientos en carrera. Ir a rueda es una filosofía. Pero la rueda del otro puede llevarte a la tumba.

Victoria de Bennati en Madrid

El fin de fiesta llegó a cargo de Daniele Bennati. El último ganador en los Campos Elíseos se llevó también la etapa que cerró la Vuelta. El italiano, uno de los grandes ausentes del próximo Mundial, sumó en Madrid su tercer triunfo en la carrera. Un buen botín para un ciclista que no ha sido seleccionado para el Mundial. Stuttgart y Franco Ballerini se lo pierden.