Comienza la lucha por el trono del Milan

Efe

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El torneo más importante del mundo para clubes empieza con el Sevilla, Real Madrid, Barça y Valencia en liza.

17 sep 2007 . Actualizado a las 20:29 h.

La Liga de Campeones 2007-08 comienza con el Milan, actual campeón, como faro del fútbol europeo, dos notables ausencias (Bayern de Múnich y Juventus) y un grupo de aspirantes con urgencias, comandado por el Chelsea, el Real Madrid y el Barcelona.

Si a finales del pasado siglo y comienzos del actual, la Copa de Europa era una cuestión madridista, desde hace cuatro años es el Milan el que más se ha acercado a la fórmula del éxito; campeón en dos ocasiones y finalista en otra en las últimas cuatro ediciones. Por eso, porque cuenta con el futbolista más admirado (Kaká) y repite fórmula con el mismo entrenador (Carlo Ancelotti) y similar plantilla, el conjunto lombardo encabeza la lista de candidatos del torneo que más pasiones levanta en Europa.

Sólo el envejecimiento del equipo, sobre todo en una zona defensiva que supera la treintena con Paolo Maldini a la cabeza, y los problemas de Ronaldo para terminar con la pesadilla de lesiones y un supuesto tratamiento que bordea el dopaje, amenazan el horizonte rossonero. Su fichaje estrella, además, el juvenil Alexandre Pato, al que se considera el nuevo Ronaldinho, no podrá jugar hasta enero, porque la ley italiana impide jugar como profesionales a los menores de edad.

A la estela del Milan aspiran a situarse el Chelsea, el Real Madrid y el Barcelona que, por ese orden, precisan con urgencia de un éxito internacional. Al portugués José Mourinho ya no le queda más tiempo. Ganador en Inglaterra de algún título por temporada, los sucesivos reveses en el asalto a la Copa de Europa han colmado la paciencia del propietario del club, el ruso Roman Abramovich, que no quiere más excusas.

Abramovich este año ni ha roto el mercado, con el peruano Claudio Pizarro como único refuerzo sonado, cansado de los encontronazos de Mourinho con estrellas millonarias como el ucraniano Andrey Shevchenko o el alemán Michael Ballack, a quienes se comienza a ver lejos de Stamford Bridge.

El Real Madrid, al contrario, sí ha hecho el mayor desembolso (más de 120 millones de euros) para regresar a la cima, con un entrenador joven, Bernd Schuster, que apuesta por un estilo de juego atractivo, y un equipo liderado por los holandeses. Después de cinco temporadas de fracasos europeos y sin los galácticos, el conjunto madridista regresa dispuesto a recuperar brillo en su competición preferida.

La urgencia del Barcelona es distinta, porque hace tan sólo dos temporadas que levantó el trofeo. Entonces, pensó que podría marcar una época, pero su fulgor se apagó pronto, ensimismado por los halagos y con el hambre de éxitos satisfecho.

Ahora, vuelve con el que se considera el mejor ataque, gracias al fichaje de Thierry Henry, pero también con un sobrenombre de «fantásticos» que deberá cargar como una losa.

Un paso por detrás de estos, el Liverpool y el Sevilla emergen como alternativas. El conjunto de Rafa Benítez es otro que muta en Europa, donde rinde más que en Inglaterra. Finalista en dos de los últimos tres años, los «reds» apuestan más por la Liga en esta ocasión, pero no descuidarán su participación en Europa, adonde se asoma por primera vez Fernando Torres.

El Sevilla acude a su primera Liga de Campeones reforzado por una imparable trayectoria de 15 meses en los que conquistó cinco títulos, incluidas dos Copas de la UEFA.

Es un equipo hecho que, superado el golpe del fallecimiento de Antonio Puerta, no debe notar su estreno en la competición, reforzado con excelentes secundarios como el marfileño Keita o el holandés Tom de Mul, que complementan una gran plantilla.

El Valencia, el equipo español que más lejos llegó la pasada temporada, y el Inter de Milán, el campeón italiano, también tienen motivos para prolongar su sueño hasta mediados de mayo, algo a lo que no tiene derecho el Bayern, que por primera vez no se ha clasificado para la Liga de Campeones, ni el Juventus, que purgó con un año en Segunda sus maniobras para dominar el fútbol italiano.