Regreso al origen del éxito

Toni Silva REDACCIÓN

DEPORTES

AFP

A punto de ser campeón del mundo, Alonso regresa a Hungría donde, hace dos años, conquistó su primer triunfo en la fórmula 1

29 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

En el 2003, sólo unos pocos días después de que Alonso adelantase a Michael Schumacher en Hungría, el alemán se destapó con que Fernando estaba «todavía muy tierno» como piloto de élite. Apuntaba además que su relevo era otro Schumacher, su hermano Ralf. Han pasado menos de dos años y sus palabras ya han perdido todo el crédito. Porque Fernando Alonso está a punto de suceder a Michael en el trono mundial de la fórmula 1, mientras el hermanísimo navega por la octava plaza de la clasificación con 26 puntos, pobre acumulación para un teórico heredero. Pero más grave es el hundimiento del propio conductor de Ferrari, sin opciones de triunfo en ningún gran premio. Y mañana menos. Como Magny-Cours, Hungaroring es un trazado donde los Renault cobran ventaja sobre el resto por sus características aerodinámicas, además de ser un circuito muy técnico para los pilotos, con rectas muy cortas. Su dibujo es lento pero no por ello poco exigente para el motor, que debe ser manejable a bajas revoluciones y rendir a temperaturas muy altas. Con lo que los Mercedes volverán a cruzar los dedos. Después de un mes de julio sobresaliente en asfaltos favorables a McLaren, Alonso regresa este fin de semana a su pista favorita, el lugar donde por primera vez en la historia hizo sonar el himno español en la fórmula 1. Fue el 24 de agosto del 2003, el mismo día en que Renault se despertaba de dos décadas sin un triste triunfo en la élite de las cuatro ruedas. La victoria había sido incontestable, con la pole position y setenta vueltas en solitario, con Kimi Raikkonen, segundo, a 16 segundos del asturiano, y Juan Pablo Montoya, tercero, a 34. Podio en fórmula 3.000 El año pasado fue el único en llegar en un tiempo cercano a los intratables Ferrari, subiendo al tercer escalón del podio, un cajón que pisó por primera vez en la fórmula 3.000, con un segundo puesto hace cinco años por detrás del brasileño Bruno Junqueira. A Alonso le basta con llegar a Hungaroring para celebrar algo. Ayer fue su cumpleaños. Su equipo le preparó un tarta que compartió durante los entrenamientos libres (el asturiano fue octavo) y que le valió unas cuantas bromas con el jefe Flavio Briatore. Todos destacan sus 24 años porque está a punto de lograr otro récord de juventud: el de ser el campeón del mundo más novel, retirando de tal honor a Emerson Fittipaldi. Pero Briatore desea otro triunfo por otro motivo muy distinto. Con el mundial de pilotos en la mano, el mánager italiano quiere cobrar una mayor ventaja sobre McLaren en la clasificación de constructores.