El Atlético rentabilizó al máximo un derechazo de Antonio López para ganar con el mínimo juego un gélido partido, que dejó a la Real sin premio alguno por su falta de acierto. El equipo vasco tuvo un plan de juego, con las líneas bien juntas, una defensa adelantada y una aceptable circulación de balón, puso las ocasiones y, sin embargo, perdió. Hasta cuatro claras ocasiones tuvo el equipo de José María Amorrortu en el primer tiempo. Si en las tres primeras tuvo motivos para echar de menos al turco Nihat Kahveci, porque su sustituto, Gari Uranga, demostró tanta habilidad para desmarcarse como falta de experiencia para concretar dentro del área (minutos 9, 12 y 15), menos excusas tiene el serbio Kovacevic, incapaz de superar al argentino Leo Franco con todo a favor (min 40). El Atlético, que vagó sin ideas en el centro del campo y con más imprecisiones de las habituales en defensa, se encontró con el gol de forma inesperada. Gracias a un internada por la derecha del danés Jesper Gronjkaer, un diestro que prefiere jugar por la izquierda, y un gran remate con la derecha de Antonio López, un zurdo cerrado, tras un buen amago de Ariel Ibagaza (min 26). Pero ni con el gol cambió el rumbo del partido. Siguieron acumulando ocasiones fallidas Uranga y Kovacevic y continuó, el Atlético, sin saber a qué jugar, pese al cambio táctico de César Ferrando, que sumó un nuevo atacante (Salva Ballesta por Sergi), tiró a la izquierda a Ibagaza y retrasó a López. La Real acabó por perder la fe y el encuentro viró definitivamente hacia la nada, lleno de interrupciones, de entregas al rival o de errores inexplicables.