Reportaje | El subcampeón mundial, ante una nueva etapa | El triatleta inicia el ciclo olímpico con un nuevo entrenador, José Rioseco, que también trabaja con Javier Gómez Noya, para romper la rutina de años anteriores.
06 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.Iván Raña afronta el comienzo del ciclo olímpico con un cambio tranquilo. «Cuando se acabó la pasada temporada me tomé un tiempo de descanso para poner en orden todo. Y decidí que quería salirme de la rutina anterior», explica el ordense. Y ahí es donde entra su nuevo entrenador, José Rioseco, el mismo que prepara a Javier Gómez Noya. «José empezó a ayudarme con la natación y después consideré que podría llevar todo mi entrenamiento. Se lo sugerí y tanto él como Javi estuvieron de acuerdo en aceptar la propuesta», indica. Rioseco sustituye a César Varela, el mentor de Raña, su técnico de toda la vida. «Cada vez se hacía más complicado trabajar con César por la distancia, porque yo estoy en Galicia y él en Madrid. Fue una decisión amistosa y tomada de mutuo acuerdo. Cada uno decidió seguir por su lado para explotar su campo de actuación, cada uno tiene su vida y decide abrir puertas», sostiene. Niega que el detonante que le hizo tomar este nuevo rumbo hayan sido los Juegos de Atenas. «No fue por la Olimpiada, aunque mucha gente sólo parezca tener en cuenta ese resultado. El entrenador es responsable del trabajo que se realiza día a día, de la preparación previa, pero cuando llega una gran cita, soy yo el que tengo que responder. En ese momento pasa como con los actores cuando salen al escenario, en la carrera estás tú solo. Y si no andas, no importa los datos que te dé el entrenador o que te diga que le metas caña», dice. El hecho de compartir técnico con un amigo, pero rival, con el triatleta que está llamado a ser su sucesor, no le preocupa lo más mínimo. «No es algo inusual ni contradictorio en el mundo del triatlón. Brett Sutton, un gran entrenador, trabajó al mismo tiempo con gente de élite como Greg Bennett y Chris McCormack, preparó a un abanico de triatletas que se mataban a palos en las competiciones», señala. «Es como si vas al cole y tienes el mismo profesor. Pues bueno, tú no te enfadas con tus compañeros si logran mejores notas que tú», añade. Raña cree que la alianza con Gómez Noya los hace más fuertes a los dos: «En Galicia somos cuatro gatos, por lo que está bien que nos unamos. Podemos ayudarnos en las carreras, trabajar para el que vaya mejor. Y cuando los objetivos sean los mismos, como en Mundial y el Europeo, tonto el último». En su agenda volverán a pesar esas dos grandes citas. Pero Raña quiere diversificar su calendario. «Hay pruebas distintas, no oficiales, que son muy prestigiosas fuera de España. En Francia está el IronTour, que consta de seis etapas cortas. Ahí yo puedo hacer dos o tres para prepararme. Hay una prueba que en San Francisco, que también podría interesarme», manifiesta. Le motiva medirse a deportistas de ironman o duatletas. Pero para concretar sus compromisos para esta temporada Raña, Rioseco y Gómez Noya se reunirán con Andreu Alfonso, director técnico de la Federación Española de Triatlón. La semana pasada Raña estuvo en Ferrol con su nuevo técnico. Rioseco cree que Raña no debe desperdiciar el trabajo realizado en los últimos años. «El planteamiento general no varía mucho. La planificación de César Varela era extraordinaria. Sería ingenuo por mi parte cambiar radicalmente las formas de trabajo de Iván, porque le han dado muy buen resultado. Pero creo que necesita una persona cerca de él para ayudarle a hacer los trabajos de forma más eficaz», dice. Recuerda que esta cercanía es importante para mejorar la preparación, sobre todo en natación, donde es más necesario el entrenador para ajustar los trabajos. «Iván está en un momento dulcísimo y puede mejorar», asegura . Confía en que la buena relación entre las tres partes -Rioseco, Raña y Gómez Noya- meta a los dos triatletas en la lucha por las medallas en el Mundial. «Yo estoy aquí por Javi, que es como un hijo para mí. Y él sabe lo importante que ha sido Iván en su vida deportiva, le ha ayudado mucho más de lo que la gente piensa», señala. Ése puede ser el secreto del éxito de un cambio amistoso que ha reunido a viejos amigos.