Los fastos de Ronaldo dieron carácter extraordinario a un evento más común de lo que parece: marcar el día del debut. En la Liga española hay multitud de ejemplos de jugadores que probaron la red rival cuando estrenaban camiseta en el campeonato liguera. Fue el caso de Butragueño, quien también anotó dos goles en el Carranza gaditano que, a diferencia de Ronaldo, supusieron el triunfo por 2-3. Ocurrió en febrero de 1984. Dos años antes, en septiembre de 1982, Maradona debutaba y marcaba para el Barcelona en Mestalla a los veinte minutos de encuentro, pero su equipo acabó perdiendo por 2-1. Una década más tarde, el astro argentino reaparecía en Bilbao con la elástica sevillista. Volvía a perder por 2-1 y, además de no marcar, Maradona se lesionaba en el minuto 70. Hristo Stoichkov también justificó su fichaje con el Barça en su primer día de trabajo. El delantero búlgaro marcó a los 42 minutos en Sarriá en el derbi catalán. Fue el único gol de la tarde. El holandés del Deportivo, Roy Makaay, celebró un debut de forma más meritoria que Ronaldo en el Bernabéu. En la primera jornada de la temporada 1999-2000, Roy consiguió tres goles ante el Alavés en Riazor, en un partido en que los jugadores vascos se habían adelantado a los doce minutos. Otro deportivista, Bebeto, anotó en su estreno en A Coruña ante el eterno enemigo, el Celta, en el minuto treinta y desde los once metros. En el equipo vigués, Catanha es otro de los que llegó y besó el santo. Al hispanobrasileño le tocó en El Sadar. Batió al Osasuna en el minuto 80 con el 0-1, y el choque concluyó con triunfo gallego por 0-2. El ariete ya sabía lo que era marcar en el debut. Lo había conseguido con el Málaga en septiembre de 1999, al superar al portero del Espanyol. No hubo más goles en ese encuentro. El deportivista Diego Tristán vio portería en su estreno de Primera División. Por entonces vestía la camiseta del Mallorca y la defendía ante el Numancia, al que le marcó el 3-0 en el minuto 29 de la primera parte.