El lateral anuncia que se casa el año que viene con una viguesa después de vestirse de portero en el entrenamiento
01 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.Juan Francisco García García, conocido futbolísticamente por Juanfran, es la nota de color de la plantilla del Celta. Su carácter, su alegría natural, le da brillo a su entorno. A sus veintiséis años, lleva ya seis jugando en Primera División. Llegó al Celta procedente del Valencia en 1999 y tras un culebrón en el que el que el club vigués había impugnado un precontrato firmado con el jugador, al que su representante había engañado. Acabó vistiendo de celeste y en Vigo se ha adaptado a la perfección, como lo haría probablemente en cualquier esquina del planeta. Su carácter extrovertido le llevó a revelar ayer en la sala de prensa de A Madroa delante de todas las cámaras: «El año que viene me caso». Es una muestra de quien es Juanfran, un muchachote cuyas cualidades le llevaron a formar parte de la selección española de Camacho en el Mundial de Japón y Corea, donde el seleccionador nacional le colocó como titular en todos los encuentros. Hay quien no olvida el penalti que falló en el partido de la eliminación contra Corea. Pero ese error, humano, vino precedido de una valentía que es preciso reconocer. Casi nadie quería lanzar un penalti y el valenciano no se escondió. Luego falló, como lo hizo Baggio, la estrella de Italia en la final del Mundial de Estados Unidos en 1994. Disfruta como un niño divirtiéndose haciendo lo que le gusta. Y una de las cosas que más le gusta es cantar. Su tartamudeo patente no le impide entonar cualquier canción como si de un vencedor de Operación Triunfo se tratase. Precisamente con los chicos del popular programa de televisión compartió la entonación de una canción en una visita que les hizo a la academia la selección antes de viajar al Mundial. Fue Camacho quien le había incitado a que saliese, y desde luego no hubo que insistirle nada. Canta en cualquier momento y en cualquier lugar: en los vestuarios de A Madroa a pleno pulmón después del entrenamiento, en un vuelo tras hacerse con el micrófono de las azafatas... Además de cantar, tiene otras aficiones. Destaca entre ellas la peluquería. Le cortaba el pelo a media plantilla del Valencia, y con alguno del Celta ha hecho también un ensayo. No descarta dedicarse a dicha profesión cuando cuelgue las botas. Él mismo sorprende de vez en cuando con un tinte especial en su cabello. Juanfran tiene una cualidad muy positiva: va de cara. Es tan sincero, que no tuvo inconveniente en reconocer hace un año que tenía una oferta del Barcelona, un traspaso que se frustró porque los azulgrana se inclinaron por el italiano Coco. «Si me llega alguna oferta ya sabéis que os lo diré. Ahora mismo os puedo asegurar que no hay nada y estoy muy centrado en hacerlo bien en el Celta, que es lo que me puede hacer volver a la selección», comentaba ayer a los medios de comunicación al ser preguntado si tenía esperanzas de que el Barcelona, que está buscando un lateral izquierdo, vuelva a acordarse de él. Y es que aún no se conocen las ideas del nuevo seleccionador, Iñaki Sáez. Su virtud de dar la cara provocó que Víctor Fernández le desahuciara, en un capítulo que no ha salido a la luz pública, pero que el lateral céltico podrá contar si un día escribe sus memorias. Ahora con Lotina tiene una nueva oportunidad. Lo esencial es que ha recuperado el humor, como se comprobó en el entrenamiento de ayer, al vertirse de portero y ponerse bajo los palos: «Lo hago para que el ambiente sea más distendido», afirmaba con su sonrisa traviesa.