La excepción del grupo de Camacho

P. A. L. ,

DEPORTES

30 may 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

«Sólo llamaré a jugadores que destaquen en sus clubes», soltó Camacho como una de sus máximas al hacerse cargo de la selección. Pero la realidad obliga al técnico a regatear a sus propias normas. El caso más claro es el de Mendieta, la excepción cultural de la furia española. Distinto dentro y fuera del campo, su experiencia en Italia es un completo fiasco después de un año. Su marcha a la Lazio marcó el inicio de un declive que el Mundial le permite frenar, justo cuando suena como petición de Van Gaal para su Barça, y un año después de su frustrado fichaje por el Madrid. Bilbaíno sin experiencia en el Athletic, apenas encaja en el perfil de futbolista. Algo indica que no tocase un balón hasta los 15 años, poco después de convertirse en subcampeón nacional infantil de 1.000 metros obstáculos. Su portentosa capacidad física le permite jugar allá donde le reclamen. Tenerle en un equipo es ¿como poseer un taxi, porque te lleva a todas partes¿, según Valdano. Lateral en la final de Copa que perdió ante el Dépor, colecciona amarguras. Le marcaron las dos Ligas de Campeones que rozó en el Valencia. Halla reposo en la música: tocando su guitarra eléctrica o en su colección de discos de vinilo de Lou Reed, Iggy Pop o la Velvet Underground. Le va el cine independiente. En Ulsan pocos le pedirán sus cedés ., dentro de un grupo enganchado a Operación Triunfo .