La plantilla viajó en su peor momento anímico del año Sin tiempo de recuperarse anímicamente de lo sucedido el pasado jueves en Liberec, donde el Celta puso fin a su sueño europeo, el equipo vigués viajó ayer a Las Palmas para regresar hoy a la Liga. La competición no permite un respiro y de nada valen las lamentaciones por los errores pasados.
03 nov 2001 . Actualizado a las 06:00 h.El mejor remedio para olvidar cuanto antes el naufragio checo es evitar sumirse también en el fango liguero, lo que encendería las alarmas de una crisis peligrosa. Según las palabras de todos los protagonistas ayer antes de emprender viaje a la isla canaria, el equipo está hundido. Nadie ha mostrado una luz de optimismo acerca del partido de esta tarde en El Insular. Y sin embargo, el Celta necesita un flotador para regresar a la península intacto, sin miedo al futuro, y con la moral recobrada ante los próximos compromisos. El fantasma del año pasado pasado, cuando también en noviembre empezó la caída libre en la clasificación, está presente. El Las Palmas de Fernando Vázquez puede parecer a priori un rival asequible para superar el traspiés europeo, sin embargo las apariencias engañan. El conjunto canario tiene un aspecto más sólido, más compacto, que la pasada temporada. En su terreno de juego ha mantenido una buena línea. Allí cayó goleado el Real Madrid. Tienen la baja importante del peruano Jayo, que le está dando muy buen rendimiento al Las Palmas, como lo hizo el año pasado en Vigo. Víctor Fernández puede elegir entre todo su plantel. En esta ocasión no reservará a ninguna pieza clave por cuestión técnica. Es triste decir que el Celta puede depender de la aportación de un único elemento, Mostovoi, pero año tras año se está demostrando que su aportación es la que ha marcado las diferencias en el salto de calidad del Celta de las últimas temporadas. El zar estará hoy en el césped de El Insular, y junto a él otros diez jugadores que el técnico tendrá que elegir entre los que considere que están en mejor situación.