FÚTBOL / COMPOSTELA El Compostela ya tiene timonel. Apenas doce horas bastaron para que Caneda y Luis Ángel Duque llegasen a un acuerdo en virtud del cual el técnico madrileño se vincula al banquillo de San Lázaro por las dos próximas temporadas. Las dos partes tomaron contacto telefónico el jueves a mediodía. Sentaron las bases de la sintonía, se vieron las caras por la noche, sellaron el pacto y ayer cumplieron con el protocolo de la presentación oficial.
29 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.Segundo y definitivo intento Caneda recordó que ya había estado en el punto de mira como candidato a suceder a Fernando Santos, pero entonces el elegido finalmente fue Fernando Vázquez. Ahora han fraguado las gestiones y se hace cargo del equipo en Segunda B. El presidente confía en que comience un nuevo ciclo, de renovada prosperidad: «Partimos con el ánimo de ascender cuanto antes. Pero, después, Dios dirá, porque esto es fútbol». Espera haber acertado porque le parece «el entrenador ideal para el Compostela, por su seriedad, por su forma de trabajar, por su ímpetu, por su disciplina, que nos hace mucha falta en este vestuario». Le deseó «muchísima suerte». Cambiar el chip En su primera comparecencia de prensa, Luis Ángel Duque optó por el discurso de la humildad y el trabajo. No tuvo inconveniente en referirse a la Segunda B como «un pozo. El Compos, en esta categoría, tiene que cambiar el chip. Con las camisetas y el nombre no se gana en ningún campo. Hay que trabajar muchísimo. Nos tendremos que poner la ropa de faena desde el primer día. Hay que fajarse desde el calentamiento con el equipo contrario». Llega con las ideas claras respecto a las pautas que deben marcar el día a día de un vestuario: «Al jugador hay que ponerle las cosas muy claras desde el primer día para que no se llame a engaño. Tiene que saber sus obligaciones y que se debe exclusivamente a la entidad. Conmigo se tiene que venir de frente». Disciplina con cierta mano izquierda es su receta para controlar al colectivo.