Cañizares, Rale, Patxi y Gil, héroes de la final del 94, confían en la Copa
26 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.«Esta vez sí habrá Copa». Quienes lo afirman saben bien lo que dicen y porqué lo dicen. Son algunos de los hérores de la última final copera del Celta. Ocurrió en Madrid, en el año 1994. Entonces todos estaba preparado para triunfar. Cerca de 25.000 vigueses «tomaron» el estadio Vicente Calderón para entrar el éxtasis con su equipo. Lo hicieron, pero una injusta tanda de penaltis acabó con una ilusión largamente esperada. «Ahora habrá copa». Santiago Cañizares, Cañete, escribió en el Celta el prólogo de su gloria particular. Aquí jugó dos temporadas. La primera, en 1993, le sirvió para llevarse a casa el premio Zamora, el más cotizado entre los guardamallas. El segundo año, un miserable penalti le impidió disfrutar de la primera Copa para el Celta. No lloró tanto como en la final de la Copa de Europa que perdió con el Valencia este año. Su desolación dio la vuelta al mundo y conmovió a toda España. Pero también hubo lágrimas en 1994. «Fue un momento triste, pero los recuerdos que guardó de Vigo, de la afición y de mis compañeros son excelentes y nunca podré olvidarlos», comentó ayer en Vigo. Le acompañaban dos de los baluartes célticos en aquella final. Patxi Salinas, el rey de la defensa, capitán del equipo y alma del conjunto; y Milorad Ratkovic, el interior de lujo que jugó en el Celta y que también lució titularidad aquella noche en el Calderón. Los dos coincidieron con Cañizares en su apreciación para el partido del próximo sábado: «El Celta es favorito y esta vez lo conseguirá». Ratkovic recuerda con rabia aquellos 120 minutos de 1994 en el Vicente Calderón, y después la amarga espera para los lanzamientos de penalti. «¿Cómo reaccionará la afición si perdemos?... ¿y si ganamos? la debí de dar mil vueltas a esta idea mientras se disputaba el partido», comenta Rale. Los tres recuerdan con amargura aquellos momentos: «Había gente que prefería bajar a segunda pero ganar la Copa». El sábado será otra historia. Todos, junto a Flaco Gil, otro de los héroes de aquella final, están convencidos de que el Celta es favorito, tiene un equipo superior y, además, su juego está desarrollándose en un nivel por encima de lo que viene sucediendo con el Zaragoza. ¡Ojalá acierten!