FÚTBOL / PRIMERA Cincuenta partidos al frente de la casa blanca. El dato convierte a Vicente del Bosque es una de las sorpresas del fútbol español. Lo sabe y reta a sus sucesores en el banquillo del Real Madrid. «Va a ser muy difícil que aquí dure un entrenador un año», advierte. Y menos si es español y si llega al cargo por un proceso más relacionado con el baloncesto. De rebote. Pero ha sobrevivido. Su llegada fue surrealista.
17 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.Tuvieron que volar cerdos sobre el Bernabéu _Toshack dixit_, y superar una pequeña transición de Corral. Después se recurrió a del Bosque como remedio temporal y de urgencia. Un técnico de la casa con bigotes al viejo estilo no podía durar. Y el rumbo no se enderezó en la Liga. Pero se hizo con la Liga de Campeones, el premio gordo del fútbol internacional. El sorpresón. Entonces se planteó que sería duro cambiar a una estrella de los banquillos por un modesto que había ganado el cetro continental. Menudo problema para el presidente. Por si fuera poco, reconcilió a Guti con el fútbol cuando todo el Bernabéu le silvaba. Pero tuvo fe. «Somos un equipo temeroso de Dios», afirmó hace poco el técnico. También teme por su continuidad. «Aquí hasta los buenos han salido _señala_, de aquí se ha ido gente que ha ganando Ligas y Copas de Europa, en cuanto los resultados se tuerzan un poco la permanencia va a ser complicada». Aunque, según él, «no todo es cuestión de resultados, a veces son buenos y el entrenador no dura. Se explotan las debilidades y al final se cambia al técnico cada dos por tres». Pero dos por tres no siempre son seis en eso del fútbol. Tal vez sea por eso Vicente ha cumplido un añito.