Un libro fundamental de la literatura de navegación

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Boats attacking whales (1839) de  Thomas Beale
The University of Washington Libraries
Boats attacking whales (1839) de Thomas Beale The University of Washington Libraries .

Ediciones del Viento publica en español «La travesía del cachalote»

08 nov 2022 . Actualizado a las 08:28 h.

Salió en Inglaterra a finales del siglo XIX y tuvo un éxito enorme. Se trata de La travesía del cachalote (1898) de Frank Thomas Bullen, una obra fundamental de la literatura de navegación, y que ha sido editada en castellano 124 años después de su aparición. «Aquí no había llegado nunca. Era una de las muchas lagunas que tenemos en libros de viajes», dice Eduardo Riestra, de Ediciones del Viento. Es el responsable de esta publicación que ha contado con la traducción de Miguel Temprano García.

De este modo, el público castellanohablante puede hacer una inmersión literaria en la experiencia de la caza de ballenas, que se relataba por primera vez con tanta precisión en esta obra. «Antes se había publicado Moby Dick, pero aunque está muy bien documentada no deja de ser una novela. Aquí no. Se relata el viaje por una persona que lo realizó. Es la narración de uno de ellos», explica. Nunca antes se había recogido con tanto detalle la aventura de un barco ballenero, con pasajes cruentos, llenos de conflictos y muertes.

«Hoy es políticamente incorrecto, porque cuenta algo que es la caza sangrienta del cachalote», indica Riestra. Insiste en el valor de que sea un propio marino quien lo haya escrito. Se trataba de Frank Thomas Bullen, un hombre de origen humilde, que dejó la escuela a los 9 años, se puso a trabajar de chico de los recados y, finalmente, se echó al mar. De ahí sacó material para crear un universo literario absorbente. En un mundo sin televisión y escasas fotografías, una obra así ponía a las mentes a imaginar auténticos filmes preñados de épica y drama. Todo ello servido con un lenguaje que hoy resultaría impropio de alguien sin formación. «Eso era una constante entonces —precisa Riestra—. El propio Conrad no tenía estudios. Los aventureros fueron grandes escritores. Muchos de ellos marinos. Antes no estaba tan estructurado como ahora lo de tener estudios».

Kipling se lo leía a sus hijos

En su momento obtuvo una gran fama, leyéndose en colegios y universidades. Rudyard Kipling se lo leía a sus hijos. Cuando recibió un ejemplar le escribió una nota a su autor, en la que decía: «Es inmenso... no hay otra palabra. Nunca he leído nada comparable en su misterio y su asombro marinos, ni creo que ningún libro antes haya abarcado la actividad de la caza de ballenas de manera tan completa, con semejantes escenas de inmenso realismo. Ha aportado usted tal cantidad de información que daría para cinco libros, y le felicito».

Thomas Bullen obtuvo el reconocimiento en vida y escribió muchos otros libros hasta su muerte, en el año 1915. Ahora llega esta reivindicación tardía, pero necesaria. «Creemos que con esta edición se cubre un hueco importante. Este, sin duda, es uno de los libros que justifican el oficio de ser editor», concluye Riestra.