«Canción», de Eduardo Halfon

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La nueva novela del escritor se mueve entre el turbulento pasado de Guatemala y un viaje al Japón actual

22 ene 2021 . Actualizado a las 23:47 h.

Con una quincena de libros, publicados ya en el siglo XXI, y a punto de inaugurar la cincuentena, Eduardo Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971) se ha convertido en una de las figuras más relevantes de las letras hispanoamericanas. Con el mérito que eso tiene para alguien tan esquinado, tangencial a casi todo, con una escritura tan inclasificable como puedan serlo las de Fernando Vallejo, Ariana Harwicz, Mario Bellatin, Gonzalo Maier, Rita Indiana o César Aira. Lo que hace Halfon, empero, va incluso más lejos en cuanto que no haya una apuesta más heterodoxa que la suya partiendo de una voz aparentemente timorata, de unos mimbres especialmente modestos, nada pretenciosos, desde el relato pequeño y las historias de familia, con él mismo jugando un protagonismo crucial pese a que pareciera rehuirlo -en un recurso humorístico woodyalleniano-. En Halfon confluyen tantas culturas desvirtuadas por los rituales y los ecos de tiempos pretéritos que todo semeja una ceremonia de la confusión: las raíces judías, las viejas leyendas libanesas, la memoria polaca, las estancias estadounidenses y, por supuesto, el guirigay guatemalteco. Todo ello desemboca en Canción en un surrealista congreso de libaneses que se celebra en Japón, que agrega una lente deformante más (como colofón) a este relato en que rescata la figura homónima de su abuelo, Eduardo Halfon, comerciante pujante al que la guerrilla secuestra en 1967 (durante 35 días) en un momento en que Guatemala es un caos entre gobiernos militares y revolucionarios y en el que resulta complejo distinguir entre víctimas y verdugos. Él decide indagar con su proverbial escepticismo, sin juzgar y desde un ángulo de visión entre ingenuo e imparcial que le procuran sus entreverados recuerdos de niñez. Una académica le reprocha en el simposio japonés que sus historias parecen extraviarse y no llegar a ninguna parte... Puede pensarse que es así y que es un defecto reprobable, pero en realidad es solo una de sus preciosas virtudes. Canción llega este lunes a las librerías.