«Rotos», último libro de Don Winslow

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor estadounidense Don Winslow. A la derecha, portada de su último libro, la colección de cuentos «Rotos»
El escritor estadounidense Don Winslow. A la derecha, portada de su último libro, la colección de cuentos «Rotos» Jean Winslow | Harper Collins

El volumen reúne seis adictivos cuentos que bien podrían ser sendas novelas futuras

27 dic 2020 . Actualizado a las 17:19 h.

Lo que gusta especialmente de Don Winslow (Nueva York, 1953) es su capacidad para la narración de largo aliento, un ámbito donde es todo un maestro. Esos tres novelones que conforman la trilogía compuesta por El poder del perro, El cártel y La frontera son un prodigio de construcción de relato con un sinfín de estaciones, planos, tramas, subtramas y personajes, un universo fascinante en que describe como nadie lo que es el negocio del narcotráfico en la frontera que separa (o une) México y Estados Unidos. Ha publicado muchas otras novelas y todas son, cuando no excelentes, al menos magníficos artefactos de entretenimiento. El lector le conoce y sabe que la diversión está garantizada, que su solvencia está fuera de toda duda. No tan claro lo tiene cuando Winslow aborda el género cuentístico, y eso es lo que ofrece el autor neoyorquino en Rotos, su último libro y cuya edición en el mercado anglosajón data del pasado abril, en plena pandemia (a España llegó en septiembre). No decepciona en el tramo corto el autor de Salvajes -adaptada al cine por Oliver Stone-. Su libro ha sido un bálsamo para el confinamiento, y lo seguirá siendo. Son seis piezas bien distintas, pero mantienen en común su carácter adictivo. Winslow pinta a los protagonistas enseguida, con apenas cuatro pinceladas, y juega a cruzar personajes en algunas de ellas, así como a rescatar otros de sus novelas ya publicadas -como Ben, Chon, O y Bobby Z-. Sus temas de siempre están también concitados: drogas, narcotráfico, corrupción, violencia, amistad, lealtad, surf... Winslow prefiere hablar de estos relatos como de novelas cortas. Y, es verdad, si algo se le puede reprochar es que el cuento tiende más bien a la aspiración de novela, sabe a poco, resulta insuficiente para el lector, que parece percibir en ellos la semilla de una novela futura, como si su cierre hubiese sido una decisión precipitada. Incluso así, la lectura es muy placentera.