Jacinto Rey: «El escritor debe hacer olvidar al lector que tiene un libro en sus manos»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CULTURA

M.MORALEJO

«La noche de las medusas» es una historia de suspense que sucede entre hechos de relevancia internacional

24 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Jacinto Rey (Vigo, 1972) regresa a las librerías con La noche de las medusas (editorial Suma de Letras), una novela de suspense en la que se entremezclan la historia y las pasiones humanas, especialmente la venganza. «Toda esta venganza se cuaja en 1945 en Tánger, en una noche plácida en la que las aguas estaban en calma en su bahía y una legión de medusas luminiscentes alumbraban la noche. En ese escenario ocurrirá algo que permitirá que ciertos personajes vivan en adelante escondidos de su pasado».

-¿Cómo definiría su novela?

-Es una historia con abundante suspense, pero que también integra muchos otros motores; y uno de los principales es una venganza que cuaja a lo largo de varias décadas y desencadenará unos acontecimientos que harán que secretos del pasado tengan una gran importancia en el presente.

-¿Por qué sus novelas parten casi siempre de hechos históricos?

-Es importante para contextualizar mis novelas, sobre todo, cuando hablamos de grandes acontecimientos históricos. Pero lo que más me interesa es la intrahistoria de los personajes y cómo reaccionan ante esa situación. Por ejemplo, la llegada del hombre a la Luna fue un momento de progreso para la humanidad, pero al mismo tiempo también fue un momento de desencanto, porque el ser humano había alcanzado una meta propuesta hacía mucho tiempo. Al mismo tiempo, la España del año 1969 era una España de transformación, todavía vivía en una dictadura, pero ya se apuntaban cambios y ciertas libertades. Hay personajes en la novela, en concreto varias mujeres, que viven la situación de aquella época, pero con un ánimo de cambio y tratando de ser avanzadas a su época.

-¿Cuál es su intención al establecer varios planos narrativos?

-La principal tarea de un escritor es hacer olvidar al lector que tiene un libro entre sus manos. Esa es la meta del escritor. ¿Cómo hacerlo? Obviamente, a través de una novela bien construida. Intento lograrlo utilizando diferentes líneas argumentales, creando sorpresas y trazando giros inesperados. La técnica del suspense es conseguir siempre que el lector esté a la expectativa y quiera leer más.

-Entre diálogo y narración, ¿dónde se encuentra más cómodo?

-Debe haber un equilibro entre descripción, diálogo y acción para que el lector se sumerja en la historia. Trato de que los personajes cobren vida. Además, creo que la tarea más importante del escritor no es escribir, sino borrar. Uno tiene la tendencia a documentarse durante mucho tiempo, pero después da pena borrar. Mi objetivo es que las historias sean pinceladas impresionistas que permitan que el lector vaya más allá y complete lo que falta.

-¿Qué le atrajo de Tánger?

-Es una ciudad que tiene muchísimo atractivo. Que ha tenido además una gran influencia en la historia europea y mediterránea. Allí se produjo un capítulo poco conocido de la historia de España, porque en 1940 fue invadida por las tropas españolas. Hasta 1945 estuvo en poder español. Lo que ocurrió en esos cinco años es muy parecido a lo de la Casablanca que se describe en la película de Curtiz. Una ciudad fascinante en la que la vida valía poco y ocurrían muchas cosas. Es un escenario potente.

-¿Qué les pide a sus personajes?

-Los personajes siempre acaban haciendo lo que consideran oportuno. El escritor los lanza al tablero, que es la novela, y acaban como uno nunca cree que vayan a acabar. Me interesa que sean polifacéticos y complejos, que puedan ser buenos, pero que en un momento determinado sean capaces de una maldad; me interesa que sean humanos.