«En tránsito», arriesgada aunque incómoda

miguel anxo fernández

CULTURA

El muy curtido Christian Petzold adapta aquí la novela de Anna Seghers en una propuesta en la que finalmente sale airoso

22 jun 2018 . Actualizado a las 08:12 h.

Si te recrean una trama localizada en la Segunda Guerra Mundial, pero contextualizada en la Marsella actual, en un juego de presente y pasado con una voz en off que tardas en resituar, no es película para iniciar su visionado con una comodidad convencional, aunque a medida que se va desarrollando todo va teniendo dramático sentido. El título de En tránsito juega con lo que esa expresión significa: no eres de ningún sitio, no estás en una parte concreta, pero quieres dirigirte a algún lugar en donde se supone vivirás mejor en un estado de brutal presión psicológica... Le ocurre a los personajes en un juego con algo de metanarrativo a partir de la novela de Anna Seghers que el muy curtido Christian Petzold adapta en una propuesta arriesgada de la que finalmente sale airoso. Tenemos a alguien que huye de la ocupación nazi y acaba suplantando la identidad de un escritor fallecido que se dirigía a Marsella para citarse con su amada. Pero además, el impostor sueña con embarcarse hacia México, como otros muchos refugiados de entonces.

El filme plantea un juego a tres personajes principales, con sus periferias secundarias, en el marco de una ciudad y en unos ambientes que parecieran los de Casablanca por aquel entonces. Más allá de la ligazón entre ellos, bien armada, es notable la pericia de Petzold por envolvernos en su drama, llevándonos hacia un desenlace nunca previsible, aunque en lo tocante al narrador acabemos diluyendo su trascendencia. Si supera el riesgo de moverse entre pasado y presente, con ellos instalados en los años cuarenta pero físicamente reubicados en un paisaje urbano actual, conviene atribuir buena parte del mérito a la exquisita dirección de Arte y a la fotografía de Hans Fromm, usando una paleta de colores tendente a una atmósfera irreal, como si acudiera en auxilio del espectador. Drama romántico que a ratos pareciera salirse del carril, aunque finalmente se mantenga para confirmarnos lo diverso del ecosistema audiovisual. Se pueden contar historias de otra manera, aunque eso sí, véase en su versión original, que gana enteros.