Walter Isaacson: «Steve Jobs es la persona que más se ha acercado a lo que fue Leonardo»

CULTURA

EFE | Juan Carlos Hidalgo

El célebre historiador y periodista estadounidense publica la que se considera la obra definitiva para entender al genio del Renacimiento

09 jun 2018 . Actualizado a las 08:50 h.

Está considerado el biógrafo más importante del mundo, gracias a sus libros sobre Henry Kissinger, Benjamin Franklin, Steve Jobs o Albert Einstein. El historiador Walter Isaacson (Nueva Orleans, 1952), que fue presidente del Instituto Aspen y de la CNN y editor de la revista Time, publica Leonardo da Vinci. La biografía (Debate), que alcanzó el número uno de las lista de los libros más vendidos de The New York Times.

-¿Por qué decidió escribir la biografía de Leonardo da Vinci?

-Siempre he escrito sobre personas muy creativas, no solo inteligentes sino imaginativas, y me di cuenta de que la gente que está interesada en un abanico de campos suele seguir un patrón y suelen ser más creativos. Leonardo representa ese tipo de creatividad por excelencia, quería saberlo todo de todo, y eso le hizo ser creativo en arte, anatomía, zoología, óptica, geología, ornitología, botánica, máquinas voladoras y muchas otras cosas. Era capaz de establecer conexiones entre diferentes disciplinas, el arte y la ciencia, la tecnología y las humanidades. En una época en la que anulamos la curiosidad de los niños y se tiende a la especialización, quería mostrar la pasión lúdica y obsesiva de alguien que estaba interesado en todo. Fue el genio más innovador de la historia, con una curiosidad insaciable, una imaginación desbordante y grandes dotes de observación.

-¿En qué se ha basado para elaborar la biografía?

-Sobre todo en sus cuadernos, más de 7.000 páginas en que se pueden ver, cualquier día que escojamos, cómo bailaba su mente de una cosa a otra, de un tema a otro. Son el mejor registro de la curiosidad humana jamás creado. Lo abarcan todo. Llegaba a tal extremo que, por ejemplo, le interesaba saber cómo era la lengua de un pájaro carpintero, por qué el cielo es azul o la gente bosteza. Tenía curiosidad por cosas que a lo mejor usted y yo nos hemos preguntado cuando teníamos diez años, pero que luego hemos olvidado. Siempre se preguntaba por qué, por qué y por qué. En sus cuadernos vemos que se veía a sí mismo como un ingeniero tanto o más que como un artista.

-¿Cómo era personalmente?

-Era un inadaptado, hijo bastardo, gay, zurdo, vegetariano, distraído, y, a pesar de todo, cuando llega a Florencia todo el mundo lo quiere: es un joven guapo, simpático, al que le gusta llevar túnicas rosas y moradas, y encaja inmediatamente en aquella sociedad tolerante y abierta. Tiene muchos amigos, reúne gente a su alrededor, matemáticos, arquitectos, escritores, músicos... Esto lo diferencia de Miguel Ángel, que era un solitario.

-¿Le marcó la acusación que le hicieron por sodomía?

-Fue arrestado, pero junto a él también un miembro de la familia Médicis; y por lo tanto la acusación se desestimó y no le afectó demasiado. Era abiertamente homosexual y llevaba a sus novios a las cenas y a las fiestas.

-Destaca que Leonardo no tenía estudios, apenas sabía latín y no era capaz de hacer divisiones complicadas.

-No recibió una educación formal ni fue a la universidad porque era hijo ilegítimo. Y fue una suerte porque no llenaron su cabeza del viejo pensamiento y las ideas medievales. Se convirtió en un autodidacta al que le gustaba experimentar. Eso hizo que se cuestionara la autoridad, lo establecido, y que quisiera entender las cosas por sí mismo, verlas desde un punto de vista nuevo y fresco, y ser más original.

-Le da gran importancia a la «Mona Lisa».

-Leonardo pasó 16 años trabajando muy lentamente en el cuadro, hasta su muerte, añadiendo capas muy ligeras para que esa sonrisa fuera muy misteriosa. Igual que los ojos te pueden seguir a medida que vas andando, la sonrisa cambia a medida que mueves la cabeza. Le llevó una vida entera entender la ciencia y la pintura y 16 años completar esta obra maestra.

-¿Ha habido alguien en los últimos años a la altura de Leonardo da Vinci?

-Steve Jobs se parecía en el sentido de que le gustaban mucho el arte y la ingeniería. La razón por la que tuvo éxito es porque sus productos conectaban la belleza con la tecnología, como habría hecho Leonardo. A Jobs le encantaba Leonardo, era su héroe. Es el que más se le acerca.

«Leonardo tenía un cerebro que todos podemos cultivar»

Su biografía va a servir de base para un filme que protagonizará Leonardo DiCaprio, que compró los derechos. «Me parece que es la persona perfecta para interpretarlo porque es un gran amante de la naturaleza, el medio ambiente, la ciencia, el teatro y el arte; al igual que Da Vinci es capaz de tener un abanico muy amplio de intereses», destaca el profesor.

-¿Qué cualidades debe tener un buen biógrafo?

-Uno tiene que empezar por recordar que la persona sobre la que escribe es un ser humano, esto quiere decir que vas a descubrir que tiene fallos, como Leonardo, que no completaba sus obras, cometía errores, a veces se deprimía, era muy distraído o se peleaba con sus hermanastros. La mejor herramienta del biógrafo es sentir empatía con esa persona y entender al ser humano.

-Leonardo se basaba en los hechos y en la experimentación. ¿Qué nos puede enseñar en esta época de la posverdad?

-Leonardo ayuda a crear el método científico y tiene una mente muy abierta. Es la gran aportación al pensamiento humano de los últimos 500 años, observar los hechos, desarrollar teorías y ponerlas a prueba. De esta forma ha avanzado la humanidad. Ahora eso está en peligro, tenemos líderes que no tienen una mente abierta y no saben analizar las evidencias. Deberían tener mentes abiertas y avanzar a partir de los hechos y las pruebas.

-Dice que Leonardo era un genio y al tiempo una persona normal.

-Su gran biógrafo Giorgio Vasari decía que estaba tocado por un rayo divino, pero eso no es cierto. Leonardo da Vinci no era como Einstein o Newton, que tenían un cerebro tan potente y privilegiado que nos cuesta entenderlos. Tenía un cerebro que usted y yo, todos, podemos cultivar. Toda su genialidad creativa procede de la curiosidad humana.