Los humoristas presentaron su visión de la novela de Stevenson, la tercera de las obras clásicas que han recreado
27 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.John Silver, el Largo, es tan alto que su pata de palo es una secuoya. Ocurre en el nuevo libro que David Pintor y Carlos López, Pinto & Chinto, presentaron anoche en la librería Cascanueces de A Coruña y cuyo título es La estrambótica isla del tesoro (Bululú). Esta es la tercera vez que la pareja de humoristas revisitan un texto clásico: «Y esperamos que la familia aumente», apuntaban ayer. De hecho, el periodista y escritor Luís Pousa, que los acompañó en la celebración, los animó a versionar algunas hermosas narraciones más como Moby Dick, Huckleberry Finn y Las aventuras del barón Munchausen. A la espera de los nuevos títulos, Pinto & Chinto recordaban que ya han publicado, en la misma editorial, As estrambóticas viaxes de Gulliver y El estrambótico Principito. Sobre este último anotaban que habían realizado «una versión libre, una interpretación desde el punto de vista humorístico».
En el caso del título presentado ayer señalaban que se trataba de «hacer una recreación divertida de La isla del tesoro, a través, una vez más, del filtro del humor». De todos modos, matizan, «la historia siempre es reconocible, aunque es un enfoque disparatado, con aportaciones novedosas», y teniendo siempre como norte el texto de Robert Louis Stevenson. «Conservamos los personajes, mantenemos los hitos clave, pero, con una lente deformante: lo hemos traído a nuestra visión humorística», insisten.
En cuanto a las razones por las que han elegido esta obra lo tienen muy claro: «Es un texto que nos gusta mucho, una novela universal, muy conocida, que es algo importante para que nuestra visión se vea reconocida». Al tratarse de un relato tan popular, «las lecturas son múltiples». Y cuenta con añadidos como las descripciones de animales marinos para una adaptación cuya aspiración final es que resulte una lectura apetecible para todos los públicos: «Si no lo disfrutan los adultos -advierten- tampoco es bueno para los niños».
Pousa apuntó como «una excelente idea» la de revisitar los clásicos e instó a ambos autores a hacerlo de modo muy gamberro, tanto en textos como en ilustraciones: «Los clásicos hay que acercarlos a los niños», concluyó.