«El cómic es la expresión superior»

alejandro gándara, x. f. A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

CESAR QUIAN

Chloé Cruchaudet y Mai Egurza, invitadas en esta edición del salón Viñetas desde o Atlántico, representan a la perfección el espíritu de la historieta

12 ago 2015 . Actualizado a las 17:50 h.

En el segundo piso del Kiosco Alfonso de A Coruña, Chloé Cruchaudet (Lyon, 1976) y Mai Egurza (Irún, 1986) conversan por primera vez. La francesa, recién consagrada con su gran éxito, Degenerado, la historia real de un desertor de guerra que acabó siendo el travesti más famoso de París. La española, comenzando una prometedora carrera que acaba de dar el salto con su colaboración con uno de los grandes del cómic francófono, Zidrou, en una curiosa historia de amor, El Paseo de los Sueños. Dos obras en las que lo onírico está muy presente, aunque desde perspectivas tan diferentes como sus propios estilos, que muestran a la perfección la heterogeneidad que caracteriza una edición de Viñetas desde o Atlántico en la que, por primera vez, las mujeres son mayoría.

Ante la insistencia de los periodistas sobre este hecho, Cruchaudet se muestra contundente: «Es necesaria una normalización, no puede ser que nos sigan preguntando qué se siente al ser una mujer y hacer banda diseñada. No hay nada que hable sobre mi género en mi manera de dibujar». Explica que hoy en día no nota «ninguna diferencia» en cómo la tratan los editores, aunque admite que al principio, cuando iba a los festivales, la tomaban «por la mujer de algún autor».

Para Egurza, el problema viene de muy atrás. «Tradicionalmente este era un mercado de hombres», por lo que los personajes femeninos estaban hechos para ellos. «Si la mujer ve que la presentan de manera que es un jarrón, no se sentirá identificada, se sentirá excluida. Si hubiera más personajes femeninos interesantes habría más mujeres identificadas e interesadas en hacer cómic». Como ejemplo, cita las reacciones suscitadas por su último libro, en el que la protagonista tiene un físico que se aleja de los cánones del género: «Vienen chicas y te dicen:  'Qué bien que sea gordita, que no tenga mucho pecho'. En parte es bonito, pero también es muy triste que sigamos arrastrando todo eso».

Aunque sus inicios en la banda diseñada fueron muy diferentes, ambas han conseguido llegar a vivir de su pasión. «Yo he pensado muchas veces en tener un trabajo aparte, pero me quitaría mucho tiempo, mucha energía y seguramente sería llegar a casa y decir: 'ponte tú ahora a dibujar una página'», explica Egurza, que comenzó su carrera en el mundo de la ilustración, algo que se refleja en sus líneas cuidadas. Cruchaudet, en cambio, se dedicó varios años a la animación, a pesar de que su objetivo era «llegar al cómic», un arte que para ella es «el medio de expresión superior, que te permite exprimirte mejor y contar una historia con muy pocos medios». Pese a ello, admite que le ha costado meter su personalidad «dentro de una viñeta», algo que atestiguan los importantes cambios gráficos que se han ido dando a lo largo de su obra. «Lo más difícil es desprenderte de lo académico. En un inicio tiendes a que todo sea perfecto: la anatomía, el encuadre, la perspectiva... Tienes la mentalidad del buen alumno que presenta su trabajo a un profesor, por lo que tienes que luchar contra eso para encontrar tu estilo y hacer algo que sea interesante para ti, para los demás y que te diferencie. No es más que una cuestión de madurez», añade.

Vivir de las viñetas

«Para mí, poder vivir de esto como estoy haciendo es la felicidad suprema, es mi pasión y así quiero quedarme mientras pueda», un deseo que comparte su compañera de cartel, aunque admite con una mezcla de humor y resignación que a veces «hay que hacer malabares con el dinero».

Debido a esto, ambas miran al futuro con mucha ilusión. «Estoy trabajando en dos proyectos muy diferentes», dice Cruchaudet, «uno es una recopilación de relatos eróticos y otro un libro para niños». Por su parte, Egurza continúa colaborando con Zidrou, un tándem que promete ser fructífero y en el que por primera vez el belga creará una historia a partir de los dibujos de la vasca.