Beatriz Martínez-Barbeito, restauradora: «Conservemos para no intervenir»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

VÍTOR MEJUTO

El cambio radical en las técnicas pictóricas obliga a variar los métodos de restaurar

06 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Traspasar la puerta de su estudio en A Coruña es sumergirse en un mar de olores a pintura y barniz. Ahí, en medio de cuadros que esperan su intervención, Beatriz Martínez-Barbeito compara su trabajo de restauradora con el de un médico. Porque las obras de arte son, en cierto sentido, organismos vivos. La experiencia, por tanto, es un grado a la hora de operar. Un mal trabajo puede acabar matando un cuadro como en el caso del Ecce Homo de Borja o los mosaicos romanos del museo de Hatay, en Turquía. Lo que le duele es que actuaciones de ese tipo son más comunes de lo que parece, sobre todo en el caso de pequeñas obras familiares o del patrimonio cercano. Con todo, reconoce que crece el interés por la conservación preventiva. «Conservemos para no tener necesidad de intervenir», reivindica. Y habla de la diferencia entre restaurar una obra de arte contemporáneo y una fechada antes del XIX.

-¿Restauraciones que acaban mal como los mosaicos de Turquía son más habituales de lo que parecen?

-Por desgracia lo son. Pero de una forma más anónima que con los mosaicos o el Ecce Homo de Borja. No trascienden porque no son obras de reconocimiento local, nacional o mundial, pero son pequeñas piezas familiares o que son parte del patrimonio cercano. Por fortuna, en las obras reconocidas esta práctica es más escasa. Hay mucho intrusismo en la profesión. También hay mucha gente bien intencionada que piensa que lo está haciendo bien y tampoco se les puede atacar por ello. Lo más grave no es que haya un espontáneo, el problema es que los responsables den acceso a esa persona para que pueda intervenir.

-¿Somos conscientes en Galicia de que no vale cualquiera para restaurar?

-Está aumentando el interés por conservar nuestro pasado para transmitirlo a los que vienen. Hay que concienciarse de que esta es una labor de técnicos que requiere un trabajo previo y una experiencia posterior, y como en cualquier campo hay que buscar a la persona especializada y preparada para ello.

-¿Qué responsabilidad tienen las Administraciones en eso?

-Por parte de la Administración se están haciendo muchas cosas porque cada vez se valora más a los expertos en la materia, pero hay sectores con responsabilidad directa sobre estos temas a los que les falta información, y el que no la tiene debería delegar en los técnicos. A veces es la propia Administración la que favorece que haya un cierto intrusismo porque conceden los proyectos a equipos de trabajo privados que no están formados por profesionales suficientemente cualificados.

-Lo que debe de ser un lío es restaurar arte contemporáneo

-La pintura ha sufrido un salto de gigante en la forma de pintar. Por tanto, la restauración también tiene que cambiar los procesos a los que somete las obras. La experiencia en el tiempo nos hace conocer mejor la obra clásica. La libertad técnica del pintor contemporáneo nos dificulta más el trabajo.