¿Librerías tradicionales o compra «on line»?

Juan Carlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Xavier Seoane y Carlos Escudero creen que las librerías tienen futuro como espacios culturales y de consejo

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Las librerías están desapareciendo de nuestras ciudades en un proceso que para muchos resulta dramático. En busca de pronóstico y remedio dialogan dos grandes lectores: Xavier Seoane, poeta y educador, y Carlos Escudero, profesor universitario de Informática. Ninguno de ellos es enemigo de las librerías ni reacio a Internet: la diferencia es que el primero tiene en casa 20.000 volúmenes en papel y el segundo otros tantos, pero en formato electrónico. Y el soporte condiciona el canal de venta: en las librerías no se venden libros digitales.

Escudero afirma que leer libros digitales, sobre todo desde que se inventó la tinta electrónica, es muy cómodo. «Ese concepto, la comodidad, es lo que lo condiciona todo». Y no solo a la hora de abrir el libro: también a la hora de almacenarlo.

Para Xavier Seoane, «o problema das librarías ten moito que ver coa economía». «Eu deféndoas porque a min sonme moi cómodas; me asesoran moi ben, téñenme dado a coñecer libros moi bos. O que pasa é que van ter que reinventarse como espazos culturais e de consello».

Con esto concuerda Carlos Escudero. El librero incluso podría aconsejar sobre qué libros leer o en qué portal encontrar las mejores versiones, «porque en la Red he visto traducciones de auténtico desastre. Igual ahí es donde está la labor del librero. Hay que ser imaginativo para atraer a la gente. Si no, se llevarán el gato al agua las grandes empresas como Amazon, que acabarán por constituir un monopolio».

Seoane ve tintes orwellianos en la concentración de la distribución cultural en muy pocas manos y también en el enfoque utilitarista que hoy se da a la lectura. «O feito de ler é moi complexo. Na rede lemos dunha maneira distinta á do libro, que é máis secuencial; é unha lectura de picoteo». Carlos Escudero confirma que en sus aulas se sufren los efectos de este nuevo hábito de leer solo píldoras: «A veces enviamos a los alumnos avisos en los que el mensaje está en el tercer o cuarto párrafo: muchos no se enteran, porque no llegan hasta allí».

Los nuevos medios y sus canales de venta serán positivos, concluye Xavier Seoane, «sempre que se conserve un nivel de capacidade lectiva e lingüística que permita entender un mundo crecentemente complexo». En la librería o fuera de ella, «necesitamos lectores críticos, máis agora que os medios presentan todo tipo de contidos, bos, malos e mesmo daniños para a condición humana. Temos que lograr seres humanos cultos, libres e felices».