Vigo Transforma confirma su idilio con la diversidad musical

Begoña Rodríguez Sotelino
B. R. sotelino VIGO / LA VOZ

CULTURA

El certamen ofreció ayer un «menú» de siete sabrosos platos sonoros

02 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La segunda edición del Vigo Transforma tuvo un comienzo impecable, arrancando con un plato fuerte. Moby -que aprovechó su estancia para visitar la instalación de Martin Creed en el museo Marco, como relata en su página web- ofreció un concierto espectacular, que ratifica la resurrección de un artista pletórico que ofreció su descarga de rock y electrónica de calidad arropado por una banda femenina en la que brilló la potente garganta de su vocalista. Pero la segunda jornada del festival que cuenta con V Televisión como medio oficial tampoco defraudó ayer. El certamen prometía un menú de siete platos y sonoridades completamente diferentes. Afortunadamente, seguía allí la zona chill out instalada frente al escenario, lejos, pero solo lo suficiente para que el público pueda escuchar cada propuesta desparramado sobre enormes pufs con los pies descalzos, como en casa, o aun mejor.

El evento multidisciplinar, además de música, ofrece propuestas artísticas diseminadas en varios puntos de la ciudad, como las fallidas proyecciones del videojuego Pacman sobre la fachada del Hotel Bahía. Pero lo que no falló fue la música.

De Brasil a Canadá

La sesión comenzó bailona y a pleno sol con la música de los brasileños Do Amor, rock y samba dub experimental desde Río de Janeiro en su primera visita a Europa. El canadiense Ron Sexsmith, compositor y magnífico intérprete, abordó deliciosos temas de su último álbum, Long Placer Late Bloomer, y se atrevió, divertido, con una versión del Eres tú, de Mocedades. Aún con la tenue luz del sol llegaron los vigueses Catpeople y su sabrosa ración de rock y un anticipo de su próximo disco, Love battle, abriendo boca para la actuación de Xoel López, que tras la aventura de su Caravana Americana adelantó nuevos temas y clásicos de Deluxe. Después llegó la multitudinaria y energética banda galesa Los Campesinos!, y tras ellos, las aclamadas estrellas de la noche, los madrileños Vetusta Morla. Los canadienses Junior Boys pusieron el postre: pop electrónico.