El veterano músico de blues repasó su trayectoria ante 1.200 personas
17 jun 2011 . Actualizado a las 15:31 h.Era una leyenda cuando visitó la ciudad en 1993 dentro del Festival de los Mil Años y continúa siéndolo a día de hoy. John Mayall, el mito del blues blanco, explicó con su música en A Coruña por qué no concibe otro modo de vida que no sea tocar. Lo dijo al suplemento Fugas, de La Voz, la semana pasada. Ayer lo demostró durante dos intensas horas en el escenario de Palexco ante 1.200 personas, que rozaron el lleno del auditorio.
Secundado por el guitarrista tejano Rocky Athas, el bajista Greg Rzab y Jay Davenport a la batería, John Mayall deambuló en su recital entre su último trabajo, Tough, los clásicos de su trayectoria al frente de los Bluesbreakers y versiones de canciones míticas de la historia del blues. Siempre con la cadencia bluesera como hilo conductor, la banda expandió su sonido en extensos desarrollos instrumentales guiados por los teclados de Mayall.
Sonaron piezas conocidas e inevitables como el All Your Love, incluido en aquel mítico trabajo de los Bluesbreakers con Eric Clapton, que sacudió las butacas del palacio de congresos coruñés. También apeló a otras más anónimas, como Nothing To Do With Love, de su último trabajo, que confirmó que, pese al cambio de texturas y los años, la esencia de su sonido sigue prácticamente inalterable. Y, cómo no, acudió a estándares del blues, como Chicago Line, que agotó la reserva de aplausos entre la platea.
Al final, tirando de armónica y nervio, Mayall enfiló el último tramo del concierto con una energía tal que hizo que las butacas sobrasen y que la apoteosis en el público fuese total. La gente en pie, pidiendo que volviese a salir a escena, fue el fiel reflejo de la gratitud ante la exhibición del británico.
En los prolegómenos del concierto se pudo ver al propio Mayall vendiendo ejemplares de su último trabajo, algo que llamó la atención de los fans, que valoraron la cercanía del músico. El bluesman autografiaba in situ el cedé a quienes se lo compraban.
Un telonero muy especial
El concierto lo abrió el bluesmen coruñés Carlos Childe, que logró la plaza tras vencer en el concurso convocado por Radio Voz. Se buscaba entre los músicos gallegos al telonero perfecto para Mayall, y para ello se instó a los grupos a que enviasen una demo con su trabajo. La llamada surtió efecto, registrándose una avalancha de material, que casi llegó al centenar de maquetas.
Finalmente, tras seleccionar a los diez mejores, el jurado decidió conceder a Carlos Childe el honor de abrir para uno de sus mitos. El músico no pudo ocultar su satisfacción. Y, con un trío acústico, entregó un breve set que encantó a la audiencia, entre ellos el propio John Mayall, que escuchó su actuación desde el camerino.
Al final de su pase, John Mayall y Carlos Childe se conocieron en persona. El músico coruñés se mostró muy emocionado y agradeció a Radio Voz la posibilidad de preceder sobre un escenario a uno de sus ídolos de siempre.