«La piel que habito» es un «thriller» con el humor habitual del cineasta
20 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Ayer fue el día grande del cine español en Cannes. Este festival adora a Almodóvar y el manchego se deja querer, asegurando que «un director de cine es lo más parecido a Dios». El domingo se sabrá si el certamen concede a Almodóvar su pasaporte al Olimpo.
La esperada película de Pedro Almodóvar es su obra más compleja, un thriller muy negro, no exento de sus habituales gotas de humor, aunque más contenido que en otras ocasiones. Con Antonio Banderas, Elena Anaya, Jan Cornet, Marisa Paredes, Roberto Álamo, Blanca Suárez o Eduard Fernández en el reparto, la película, basada libremente en la novela Tarántula, del francés Thierry Jonquet, sigue a un cirujano que experimenta con un tipo de piel después de que su mujer falleciese abrasada en un accidente de coche. Como conejillo de Indias utiliza a una joven, a la que mantiene encerrada en una habitación de su lujosa villa y a la que controla día y noche a través de un circuito de televisión. Hasta aquí lo que se puede contar, porque el propio Almodóvar ha pedido que no se den demasiados detalles de la trama, con sus habituales saltos en el tiempo y en la que todos los personajes poseen algo más o menos turbio en su pasado.
El filme fue muy aplaudido en su primera proyección, pese a que en un primer momento generó desconcierto, porque es muy diferente al habitual universo almodovariano. Es una de esas películas-cebolla, que se va pelando y aparecen nuevas capas cada vez más sorprendentes, pero convenció a críticos y periodistas.
«Leí la novela hace diez años de forma muy rápida; es de esas novelas para un vuelo rápido», dijo el director, que confirmó que se ha alejado mucho del original. «Lo único que permanece es la magnitud de la venganza de este médico con el supuesto violador de su hija», explicó.
Hacía veinte años que Antonio Banderas no trabajaba con Almodóvar. Dijo el actor malagueño que para él ha sido «una feliz vuelta a casa» y explicó que, frente al mero entretenimiento, el cineasta busca «un cine más complejo».