La moderación de precios y piezas se impone en un Arco que apuesta por la calidad

m. l. madrid / colpisa

CULTURA

La feria se reinventa en Arco 3.0 y afronta el futuro con ilusión y optimismo.

17 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Con el entusiasmo del superviviente. Así arrancó la trigésima edición de Arco. La feria de arte contemporáneo se reinventa en Arco 3.0 y afronta el futuro con ilusión y optimismo. Al borde del precipicio hace un año, renace Arco redimensionado y revitalizado por Carlos Urroz. Es más pequeño, sí, pero mucho más sensato y acogedor. El criterio general es que ha ganado en calidad y rigor, que la moderación impera sobre el riesgo en precios y piezas, y que la crisis empieza a atisbarse con galeristas, organizadores y compradores aliados para conjurarla. Los Príncipes de Asturias inaugurarán hoy el certamen.

Es un Arco sin moqueta y con espacios más limpios y transitables, menos mastodóntico y loco que los de la década que deja atrás. En sus 196 galerías de 28 países -con Rusia como invitado- pone el arte actual y de los grandes maestros del siglo XX al alcance de muchos bolsillos. Hay piezas desde los mil euros a los tres millones -Antonio López en Marlborough marca el techo- y dicen los galeristas que hay compradores cada vez más avezados y dispuestos a tirar de chequera. Hay mucha pintura, poco vídeo e instalaciones, las performances brillan por su ausencia y la fotografía es mucho más selectiva.

Los galeristas históricos agradecen el trabajo de Carlos Urroz, que ha sacado a la feria de la zona de alarma y le ha devuelto el futuro.