Cher y Christina Aguilera, dos divas que conviven pacíficamente en «Burlesque»

EFE

CULTURA

Ambas han presentado este musical en Madrid. Con él la veterana actriz y cantante regresa al cine después de once años.

09 dic 2010 . Actualizado a las 22:47 h.

Cher ejerce de maestra de Christina Aguilera en el debut cinematográfico de la joven estrella, Burlesque, un musical a la vieja usanza en el que han evitado el presumible enfrentamiento de divas porque, según la veterana actriz y cantante, «quien se autodenomine diva, que se vaya a su casa». «La palabra 'diva' me parece una estupidez», ha sentenciado Cher en la presentación en Madrid de la película, con la que vuelve al cine después de once años de ausencia y en la que no tiene inconveniente en plegarse al talento de la juventud.

«Yo hice lo que Meryl Streep hizo conmigo en mi primera película (Silkwood)», ha asegurado la cantante de Believe. «Y me he sentido muy bien conmigo misma al poder apoyar a Christina», ha añadido.

De eso, en el fondo, va «Burlesque», el local al que llega Aguilera en busca del triunfo, y en el que se reivindica a la mujer, a su sexualidad, y se derriba el tópico de la rivalidad depredadora entre féminas.

«Tenía mucha presión, pero todos me han recibido con los brazos abiertos. Cuando vi a Cher es como si la conociera de toda la vida», ha reconocido Aguilera.

«Las mujeres tenemos algo bueno: siempre tenemos algo que contarnos», ha subrayado Cher, aunque tenía «miedo de estar rodeada por tantas chicas de 20 años».

«A la sociedad le gusta avergonzar a las mujeres, especialmente en lo respectivo a su sexualidad», ha explicado Aguilera. Y en los shows del género 'burlesque' -«que no es lo mismo que striptease», ha aclarado Cher- se defiende el derecho femenino a exhibir con orgullo y sofisticación sus atributos físicos.

Por eso, la cantante de Dirrty confió en Steven Antin, un director «con una sensibilidad especial para la belleza femenina» y que, inspirado en los musicales clásicos, recogiendo influencias de Cabaret o Moulin Rouge, ha compuesto coreografías para el lucimiento de Aguilera y de homenaje a Cher.

El relevo generacional y el tránsito de la artesanía al producto prefabricado también forman el discurso de la película. Cher, que lleva «billones de años en la industria», ha dicho exhibiendo una sana autoparodia, no ha disimulado que añora los viejos tiempos.

«Antes la música era conciertos, radio y tiendas de disco, nada de Internet. Era algo fresco, joven y divertido. Y había más dinero que ahora, lo cual es bueno», ha resumido.

Aguilera, por su parte, se ha mostrado algo hastiada de la «exhibición permanente» a la que están sometidas las estrellas de nuevo cuño, y de que «la gente sólo se quede con el brillo y el glamur de una profesión en la que hay mucho trabajo duro».

En «Burlesque», desde luego, se deja la piel como cantante y bailarina, y se esfuerza por buscar el nicho entre el público adulto también como actriz.

«Walt Disney habría entrado en su tiempo en un 'burlesque», ha asegurado en referencia al público adolescente que le aupó a la fama con el Club Disney y el disco «Gennie in a Bottle».

Pero ahora es tiempo de «poner los pies en la tierra, pensar quién es uno y qué quiere en la vida, porque si no es muy fácil perderse», ha asegurado la cantante, cuya trayectoria en ese campo, tras el fracaso de su disco recopilatorio, ha sido puesta en duda.

Pero Cher, decidida a desplegar su instinto maternal -ha reconocido que también es buena cocinera-, ha tranquilizado a la joven actriz: «Tienes mucho tiempo para llegar a mi edad. Lo irás aprendiendo todo por el camino».

«Cantar es como ir a una fiesta invitada y actuar es como hacer una fiesta en tu propia casa», ha proseguido la responsable de canciones tan conocidas como The Shoop Shoop Song o Strong Enough, pero también intérprete reconocida con el Oscar por «Hechizo de luna» y el premio en Cannes por Máscara.

Y aunque en Burlesque se echa de menos su excéntrico vestuario, porque «en esta película la glamourosa era Christina», Cher -que ha adelantado que graba en Nashville un disco de estilo «old rock»- sigue apreciando el exceso y habló del vestido con el que recogió el Óscar en 1988. «Nunca lo venderé, es uno de los puntos culminantes de mi carrera», ha concluido.