El escritor dice que en «El hermano pequeño» quiere dar «una proyección literaria de altura a la novela negra»
18 nov 2010 . Actualizado a las 02:06 h.«Le visité en A Ramallosa, donde yo veraneaba desde niño y él tenía aquellas tertulias con Carlos Casares y Alfredo Conde». Así evocaba ayer José María Guelbenzu (Madrid, 1944) alguno de sus encuentros con Gonzalo Torrente Ballester, y lo hacía durante el acto en el que recibió el premio de novela que lleva el nombre del autor ferrolano.
El hermano pequeño
es el título de la obra premiada, con la que Guelbenzu quiere «dar una proyección literaria de altura a la novela negra», un género en el que el autor incluye este libro.
El portavoz del jurado, el gallego Ángel Basanta, destacó que en esta novela «se respira la vida cotidiana de la pequeña localidad de Asturias donde se ubica la trama», una ambientación que, para el autor, «se parece bastante a Gijón, aunque no lo es», donde pasa algún tiempo el protagonista, un juez de instrucción que también trabaja en otros lugares.
Basanta aseguró que los miembros del jurado leyeron «con inmenso placer» este libro, en el que fueron descubriendo cómo los protagonistas «van ganando en hondura» a lo largo del texto y de un argumento en el que «florecen los valores literarios de la novela».
En esta línea, el autor apuntó que no se trata solo de una novela policíaca: «Desde hace años estoy empeñado en crear un personaje que va creciendo; no está fijo, estático como otros del género. Es la quinta novela de esa serie y está en el centro exacto». Aludió también a «un esfuerzo literario fuerte», porque quiere defender la calidad del género con un estudio en profundidad de los personajes.
Degradación de un género
A pesar de su defensa de la novela negra, Guelbenzu sostiene que los libros de este género no le producen «mucho interés», salvo aquellos textos de los que fueron sus creadores. «Ha ido degenerando hacia la sangre, la violencia, el sexo, las denuncias», critica el autor. Considera que aquellos autores pioneros escribieron en un momento dramático de Estados Unidos, el de la Gran Depresión, en la que «coinciden tal cantidad de problemas que son los que marcan los cánones del género». «Yo me siento más cerca de la novela inglesa, pero las influencias son las que son», dijo.
Sobre la posible vinculación entre la depresión económica y el auge de la novela policíaca, apuntó que la crisis «es estupenda para la novela negra, pero se ha acabado especializando en una crítica a los problemas de la sociedad», matizó un escritor del que Salvador Fernández Moreda, presidente de la Diputación coruñesa, que promueve este premio, destacó su «amplia trayectoria literaria».
Un ejemplo de ello es que Guelbenzu, además de sus obras de ficción, ha preparado ediciones de Gustavo Adolfo Bécquer, José Emilio Pacheco, la versión en castellano de las obras completas en cinco volúmenes de Albert Camus, o prólogos de ediciones de Kipling, Mijaíl Bulgakov, Henry James, Don DeLillo, Lobo Antunes, Horacio Quiroga, Jorge Amado o la Antología del cuento inglés moderno (Círculo de Lectores), publicado hace seis años.
Conferencia en Ferrol
Guelbenzu explicó que hace unos meses acudió a Ferrol para dar una conferencia sobre Torrente Ballester y fue entonces cuando decidió que presentaría esta novela, que tenía «en espera», al Torrente Ballester, por el que aseguró sentir un «afecto personal y admiración», debido al escritor que le da nombre.
Este galardón cumple 22 ediciones y a él se presentaron 381 ejemplares, de los que 34 estaban en gallego; en cuanto a la procedencia de los originales, los organizadores destacaron que había obras de 19 países. El premio, cuya dotación económica es de 25.000 euros, incluye la publicación de la novela. El ganador indicó que deberá «hablar con la Diputación», pero espera publicar El hermano pequeño posiblemente en la próxima primavera «en la editorial Destino». Será otro encuentro entre Guelbenzu y Gonzalo Torrente Ballester, ya que el autor de La saga/fuga de JB «publicó todas sus obras en Destino», recordaba ayer el ganador.