«Mis héroes son los que utilizan la cabeza, no las armas»

Chus L. Monjas

CULTURA

El realizador estrena esta semana «Ágora», que considera ?la película «con mayor carga y significado» de su carrera

05 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Desaparecido de la vida pública desde que logró el Oscar por Mar adentro , Alejandro Amenábar ha recuperado su día a día y ha escrito con Mateo Gil una historia épica. Obsesionado con el viaje al pasado que ha hecho en Ágora -un drama de cincuenta millones de euros que se estrenó en Cannes y que el próximo viernes se lanza en nuestro país con 460 copias-, se considera un afortunado «por hacer esta larga travesía como quería». Amenábar se quedó atrapado en la Alejandría del siglo IV, desde donde da a conocer a Hipatia, filósofa, matemática y astrónoma que murió a manos de un grupo de integristas cristianos, personaje real al que da vida la británica Rachel Weisz.

-«Ágora» muestra la intolerancia religiosa, la violencia de los cristianos, descubre la figura de la que fue la primera científica de Occidente y también cuenta una historia de amor no correspondida.

-Por eso creo que el nombre de Ágora es el más idóneo, es esa plaza en la que confluye todo eso. Pero la película nace de la astronomía, algo a lo que no quería renunciar. Empezamos a estudiar a Galileo, Copérnico, Einstein, Hipatia... Y como no podíamos abordarlo todo, nos concentramos en Hipatia.

-Si hubiera sido un hombre...

-No habría sido lo mismo. Esta matemática, la más destacada de su tiempo, tiene conexiones con Jesucristo. Ella habla de paz y entendimiento a sus discípulos, y estos la veneran como una hermana, madre y maestra. Fue una mujer muy firme en sus convicciones y fue martirizada por sus ideas políticas.

-Muchos filmes han retratado a los cristianos como víctimas. No es su caso.

-No es un filme contra los cristianos y sí contra los que están dispuestos a matar por una idea. Me resulta inconcebible que hoy en día unos chavales pongan bombas por eso. En el reparto hay actores cristianos, musulmanes, judíos, palestinos... Hubo discusiones y hablamos mucho de la fe. Mostramos que los héroes de la película son los que utilizan la cabeza, no las armas, por eso la violencia está rodada de manera fea y sucia, no es nada épica.

-Ha utilizado la tecnología digital, pero el tono es muy realista.

-Un movimiento irreal con una cámara digital hace que el espectador sepa que ese plano es digital. El cine es el arte del engaño, de la simulación, de hacer real lo que no es.

-El público verá un montaje más reducido que el que se vio en Cannes. ¿Por qué recortó quince minutos del metraje?

-No doy nada por cerrado hasta que llega el momento de no poder tocar nada. Eliminé parte del contexto histórico. Me apetecía divulgar cómo era la Alejandría de aquella época y su sociedad, pero para eso están los libros.

-¿Por qué escogió a Rachel Weisz como heroína?

-Porque tiene mucho talento. Es una de las grandes actrices, es inglesa y tiene una carrera universitaria, por lo que pensamos que estaría más predispuesta al lado intelectual.

-¿Cómo cree que responderá el gran público a su nueva propuesta?

-Con Mar adentro se amplió, porque gente de más edad accedió a mi cine. También pierdes a otro segmento, a los que son más de Tesis . Económicamente, es mi filme más ambicioso y el que más desafía la capacidad de concentración y de entendimiento de los espectadores. También estaba la responsabilidad de terminar una película de cincuenta millones de euros ?-al principio el presupuesto era de 70- porque, tal y como está la situación actual, este año no hubiera podido hacer Ágora .

-Lo digo porque «Ágora» sale en un momento en el que triunfan los «remakes», las adaptaciones de cómics y de series de televisión, las superproducciones dominadas por los efectos especiales y la violencia.

-Es una propuesta a la contra, un género extinto como estaba el Imperio romano. Habla de ideas y es, de todas mis historias, la que más carga y significado tiene. Pero no hago las películas a espaldas del espectador.

-Para usted, ¿el público siempre tiene la razón?

-No. Hay grandísimas historias que fueron ignoradas cuando se estrenaron y ahora son clásicos [cita Apocalypse Now y Blade Runner ]. Me pasó con Tesis , que pasó desapercibida y cuando llegaron los Goya la gente decidió ir a verla y gustó.

-Le tengo que preguntar por la orden que desarrolla la ley del cine.

-No estoy tan puesto como hace dos años, cuando fui al Congreso para apoyarla. Creo que se va a proteger más el cine en televisión y eso me entristece porque soy del gran cine, de ver películas en las salas. Pero toda protección al audiovisual español es buena.

-¿Qué le parece el manifiesto que han firmado algunos de sus colegas contra la norma?

-No lo he meditado mucho. Creo que se ha amplificado la polémica desde los medios.

-¿Tiene ya alguna idea sobre el que será su sexto largometraje?

-Lo único seguro es que no tendrá nada que ver con cientos de extras y romanos. Puede que vuelva al thriller o al terror. Lo que no haré será comedia.