Pregunta. Recuerdo a un productor de cine gallego diciendo a finales de los noventa que su empresa podría realizar varias películas al año, una situación debida sobre todo a la compra de derechos que hacían las televisiones, lo que aseguraba una parte del presupuesto del filme desde el principio del rodaje. Ahora no parece existir ese optimismo. H. C. Hoy en día es más difícil vender una película a las televisiones. Pero eso no tiene que ser malo necesariamente. Yo tengo la teoría de que es bueno que haya que convencer a muchas personas para hacer una película. Se suele criticar que el director no puede hacer su obra, pero si se tiene en cuenta que para tener público hay que convencer a muchas personas, puede ser que otros mejoren la idea inicial del director. Tú como gran artista puedes pensar que el productor es tonto, pero a lo mejor tiene una buena idea sobre lo que tú quieres hacer. Luego está el distribuidor, que también tiene sus intereses. También el tipo de la televisión. Ahí está la responsabilidad del autor, que tiene que saber manejar ese proceso sin que la película se arruine. Á. C. Mucha gente piensa que el director es una especie de tirano que no escucha a nadie, pero lo que tiene que hacer es decidir sobre las opciones que le proponen. H. C. Eso si el director no está contratado, porque entonces decidirá el productor. Hay que saber en qué clase de negocio estamos. Á. C. Sobre este tema hay una anécdota que cuenta Clint Eastwood a propósito de cómo rodó Gran Torino . Cuenta cómo llegaba, por ejemplo, el director de fotografía y le preguntaba «¿dónde ponemos la cámara?». «¿Dónde la pondrías tú?», le respondía Eastwood. Y algo así puede pasar con todos los que colaboran contigo. Debes escuchar a los expertos de cada materia. H. C. Hay dos partes en una película: la primera es conseguir que se haga, y luego rodarla. Yo me encuentro más cómodo entre los decorados. En este tema también hay que decir que se valora mucho al director y, por ejemplo, no se tiene en cuenta para nada al guionista. A nadie se le ocurre decir que Hamlet es de Calixto Bieito porque este dirija la obra. Hamlet es de Shakespeare. En el cine sí que pasa eso. No se valora la importancia del guión.