La artista portuguesa ofrecerá en Santiago su único recital gallego en un gira de la que saldrá un nuevo disco de fados en directo, «O coraçao tem tres portas»
07 mar 2005 . Actualizado a las 06:00 h.Para Dulce Pontes conviene no olvidar el pasado y evitar toda instrumentalización del fado -«La gente no tiene memoria y no recuerda que Amalia casi se suicidó por eso» dice-. Dulce Pontes actúa el jueves en el Multiusos do Sar, en el único concierto gallego de su gira Por dentro do fado , de la que saldrá un disco en directo. -Regresa al fado después de darse una vuelta por músicas como las de Morricone y el tango -Siempre estoy con el fado. Pero tenía tantos conciertos y tenía que hacer un disco. Pensé que los fados se llevan un poco mal con los estudios de grabación, pero en vivo funcionan bien, así que me pareció una oportunidad única. -¿Por qué el matrimonio del fado con la música en directo? -Porque el fado vive de la emoción y eso es muy difícil conseguirlo sin tener al público enfrente. El efecto de sublimación que consigue el fado tiene mucho más sentido con la gente escuchando. -Interpreta también en esta gira piezas del folclore portugués. -Para mí el folclore es muy importante. Algunas formas de fado son más folclóricas que otras pero yo intento en algunos temas míos reunir esas dos tradiciones. También quiero interpretar otras canciones que están en los límites, como por ejemplo temas de Zeca Afonso. Hasta el año 93 parecía sacrilegio interpretar en un mismo concierto un fado de Amalia y una canción de Afonso. La gente no debería olvidar estas cosas cuando se habla del fado como patrimonio de la humanidad: hay que evitar que se vuelva a instrumentalizar al fado. Hay que recordar lo que se hizo con el fado, como si la música fuera política, y no volver a repetirlo -Pero el fado ha cambiado mucho en estos últimos años. -Creo que se rescató mucho del fado, y es una tarea de la que me siento responsable. Hay muchos tipos de fados y en esta gira interpreto un poco de todos, del fado tradicional al de Coimbra y también algunos más personales en los que utilizamos instrumentación menos tradicional, incluso toco el piano en algunos de ellos... Aunque me cuesta estarme quieta en los conciertos. -¿Y el futuro? -En Portugal todavía hay ejemplos de fado de toda la vida, como Argentina Santos, quien, para mí, es ahora como la gran señora del fado. No se habla de ella porque sigue haciendo la vida como siempre: madruga, va al mercado y hace la compra para hacer la comida de los clientes que van a escucharla por las noches a su casa de fados de Lisboa. Respeto mucho el trabajo y la difusión que está llevando a cabo Mariza, pero creo que la voz de Argentina Santos sigue siendo la que debe representar al fado como la genuina.