Caminata hasta Os Caneiros, en Coirós, antes de remontar el Mandeo

CRISTÓBAL RAMÍREZ A CORUÑA

PADERNE

cristóbal ramirez

Las tradicionales giras nacieron en el siglo XIX por iniciativa de un grupo de gente pudiente de Betanzos

02 jul 2022 . Actualizado a las 10:51 h.

Los habitantes de Betanzos la popularizaron en el siglo XIX: la doble gira a Os Caneiros, que tiene lugar en agosto, una remontada festiva del río Mandeo, adonde llegan las mareas.

Pero no es necesario esperar y sí es posible ir este mismo fin de semana a Os Caneiros, en suelo de Coirós. Para empezar, solo se trata de un topónimo y, por consiguiente, se refiere a un lugar, que se extiende en la orilla de dicho río. Y por tierra, puesto que un sendero permite el paseo, una pequeña caminata de esas denominadas para toda la familia.

Una vez en Betanzos hay que ir al puente que permite salvar esa corriente y dirigirse hacia Ferrol. Pero no se cruza, sino que se gira a la derecha dejando a la mano contraria el convento de las Agustinas Recolectas, comenzado a construir en el siglo XVII. Y sin subir en ningún momento, sino pegándose al Mandeo, espera una pista estrecha (señalizada hacia Os Caneiros en una bifurcación), se avanza hasta un punto donde se acaba el asfalto y se acaba la anchura. O sea, el lugar donde sí o sí procede dejar el coche. Advertencia: apárquese mirando hacia Betanzos o puede tener problemas si luego llega alguien más.

cristóbal ramirez

De modo que hay que andar, con el río ahí mismo (ya antes había una entrada directa hacia él) y protegidos por una barandilla de madera que empieza a reclamar su sustitución. Ahí está el único punto negro: un derrumbe que ni siquiera dificulta el paso, pero que desde luego va a ser tema mayor si no se actúa rápidamente.

El paseo es pura naturaleza, sin feísmo a la vista, siempre con el río al lado, aunque sin peligro alguno, introduciéndose en un paraje de montañas en las que mandan los eucaliptos y algunas terrazas que recuerdan que tanto Betanzos como Coirós -el municipio que ahora pisa el excursionista- son tierras de muy buen vino que sale de la branca lexítima, una uva cada vez más cotizada.

Y así se llega hasta Os Caneiros, una extensión sorprendentemente llana, con una plantación de árboles que desde el punto de vista estético rompe con todo lo fijado en la retina —algunos dirán que para bien, otros que para mal—, y con un palco de música. Y más sorprendente aún: tiene un pequeño muelle con sus argollas para amarrar las embarcaciones.

cristóbal ramirez

El camino sigue, convertido en pista más ancha, y si hasta ahora no había habido ni el más mínimo desnivel, el panorama cambia, pero sin pendientes acusadas ni tramos fatigosos. Simplemente resulta obligado alejarse del río, cuyo sonido todavía se percibe.

Y de esa forma se gana el asfalto, un punto donde dar la vuelta. O bien, si se prefiere, descender por aquel para volver al río a la altura del puente Teixeiro, en Paderne. Que por cierto corre de manera espectacular.

INICIO

43º16'52''N 8º12'34''W.

FINAL

43º16'21''N 8º10'31''W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

En el muelle de Os Caneiros.

PARA NIÑOS

Magnífico paseo, pero hay que tener cuidado en el derrumbe.